Mientras tanto, hay que convivir con lo peor de este mundo: la incertidumbre. ¡Son tantas las cosas que pueden ir mal!, desde un simple pelo en ventanilla (que no se ve en el visor, aunque yo obvio este inconveniente, revelando in situ un par de metros en blanco y negro cada cien, o así, de filmación), un accidente en la máquina de revelado, rayos X en los traslados o un extravío en los transportistas.
Pero aun después del revelado ¡hay que seguir esperando!, en el caso de material negativo pues:
1) o bien se hace una copia positiva; o
2) o bien se digitaliza, labores, ambas, lentas, salvo que se trabaje con los presupuestos holgados de las grandes producciones.
Me encanta el servicio del laboratorio Andec, de Berlín, dirigido por el ingeniero Ludwig Draser. No sólo el revelado es perfecto, sino que el negativo se encuentra impoluto, sin el menor polvo o arañazo. ¡Grandes, estos alemanes! Además, devuelve el metraje agrupado en bobinas de veinte minutos con sus correspondientes cajas, pero en unas latas cualquiera. son de calidad archivo, de polietileno, con orificios para que el triacetato de la base pueda respirar.
Lo que sí he podido ver ya en proyección es la pequeña sección que rodé en inversible (o sea, la película que proporciona una imagen positiva tras su revelado), con la última partida de la Fujichrome Provia 100, que a partir de ahora sólo estará disponible para diapositivas de 35 mm. ¡¡¡Magníficos resultados!!! ¡Qué emulsión tan buena! Lástima que los cineístas perdamos esta opción cromática, tan distinta de la Kodak Ektachrome y de los negativos Kodak Vision.
Los servicios cinematográficos de Andec pueden ser vistos en su web: http://www.andecfilm.de/en/e_start.htm
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