En la ponencia sobre la vida de los esquimales que dictó hace dos semanas el experto alemán en temas árticos Peter Fabel, de Poseidon Expeditions, tomamos dos instantáneas. Mi colega norteamericano Page Chichester disparó la primera de ellas con su costosa, y voluminosa, cámara de última generación de mas de 3.000 dólares, comprada hace unos meses.
Personalmente, me decidí a disparar una diapositiva Kodak Ektachrome, sin flash, con luz ambiente, con mi diminuta Fujifilm Tiara Super Mini (doscientos gramos), fabricada a principios de los años noventa y que lleva aproximadamente un cuarto de siglo de servicio fiable. Cada cual, que amplíe y juzgue: es la siguiente.
Por cierto, puede comprobarse como la diapositiva Kodak Ektachrome se comporta muy bien siendo su sensibilidad de sólo 100 ASA e incluso con luz artificial el balance de color es muy bueno, sin necesidad de filtros: la imagen está tal cual fue digitalizada por el scanner industrial de Interphoto, sin la menor postproducción, "a pelo", que diría D. Manuel.
La versión argéntica de la imagen, además de que esta disparada con una cámara que puedo llevar en el bolsillo, siempre me proporciona un negativo o, en este caso, positivo inversible, a partir del cual obtengo una versión digital que siempre, además de poder verse a simple vista, se podrá escanear en las resoluciones que estén por venir, mientras el original queda en archivo a buen recaudo. La imagen nativa digital ¡ya está técnicamente anticuada ahora mismo!, además de que no me proporciona nada mas que algo virtual que nada me garantiza que no se volatilice en cualquier momento.
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