Cuando se filma con película, no hay forma de saber si los resultados están fetén hasta después del revelado. Tarantino, trabajando siempre en América, revela durante la noche y, en la madrugada, comprueba que todo haya salido bien. Nolan, para "Dunkerque", tenía que esperar al revelado en Estados Unidos, pues en Inglaterra sólo revelan hasta 35 mm (y esa obra maestra fue rodada en 65 mm).
En fotoquímico, son muchas las cosas que se pueden torcer y no se ven en el visor, como, por ejemplo, un simple pelo en ventanilla que, rodando en tierras remotas, te puede arruinar por completo un trabajo... sino se reacciona a tiempo: de ahí la importancia, en casos como el mío, de ir comprobando la cámara de vez en cuando revelando pequeñas pruebas de uno o dos metros.
El año pasado, a bordo del rompehielos "Malmö", para rodar "Spitsbergen, el Guardian del Ártico", cada 120 metros, filmaba dos o tres de Tri X que revelaba con cerveza Estrella Galicia y visionaba, después, con un visor de accionamiento manual Fujifilm.
En la expedición que finalicé la semana pasada, para rodar "Odisea en Groenlandia", los revelados de prueba para verificar el funcionamiento correcto los hice con el veterano revelador Kodak D76 en polvo: cada dos días, revelaba un par de metros para ver que tal iba todo.
Lo sobresaliente de mi proceder es que, rizando el rizo de lo artístico, diluía el Kodak D76 en hielo ¡de un millón de años!, como me gustaba decir (tal vez pecando un poco de exagerado... aunque lo cierto es que era muy antiguo, de cientos o, tal vez, miles de años).
La realidad es que tal vez solo tuviese unos miles, o cientos de años, pero lo cierto es que era muy antiguo. Ese pedazo, que recogí en Scoresby Sund, el complejo de fiordos mas grande y profundo del mundo, en la parte ártica de la inaccesible costa oriental de la isla mas grande del planeta, fue mas que suficiente para las tres pruebas de verificación (¡menos mal que las hice!: pero eso es una historia para otro día).
OJO: las imágenes que ilustran esta entrada no son digitales. Se trata de una diapositiva Fujifilm Fortia (suministrada por Tak Kohyama), disparada con la Nikon Ti35 de titanio (fallecida en combate, para mi desgracia), por Page Chichester. El revelado de estas diapositiva se hizo ayer en Madrid por Javier Guio de Interphoto.
Oh, no, con tu creativa practica vas a colaborar con el deshielo local, jeje.
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