(sigue de la entrega número 5)
¿POR QUÉ EL SÍNDROME DE VINAGRE AFECTA A UNAS PELÍCULAS DE TRIACETATO Y A OTRAS NO?
Al comienzo de esta serie de notas, manifesté mi sorpresa con la paradoja respecto a que el síndrome de vinagre se ensañe con mis películas de triacetato favoritas, mientras respeta otros títulos ignotos, también de triacetato, que salieron del mismo laboratorio, al mismo tiempo y con película de la misma marca, pero cuya pérdida, aunque me fastidiaría, no me dolería.
¿Por qué diablos sucede esto? ¿Hay una inteligencia perversa tras el síndrome del vinagre? ¿Por qué unas películas de triacetato se ven afectadas y otras no, si han sido almacenadas en el mismo lugar y en las mismas condiciones de temperatura, humedad y ventilación?
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Cinegrell es un laboratorio cinematográfico en que sí se puede confiar. Aquí revelé "Estigmas" |
1) DEFICIENTE LAVADO TRAS EL REVELADO. Un causante cierto del síndrome es un deficiente lavado de la película de triacetato de celulosa tras su revelado: ciertos químicos del revelado, mal lavados, atacan el plastificante de la base fílmíca de triacetato de celulosa, con el germen de su destrucción incorporado ya desde el mismo momento en que salieron del laboratorio.
2) QUÍMICOS DEL SISTEMA. Las películas en IB (de imbibición) Technicolor, aunque tienen la ventaja de que sus colorantes no se decoloran jamás, son, sin embargo, mas propensas a sufrir el síndrome del vinagre, por la propia química inherente al proceso de imbibición; hay que tener bien en cuenta que la inmensa mayoría de películas IB Technicolor salieron del laboratorio con base de triacetato de celulosa.
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Otro laboratorio de confianza: Andec, donde revelé "Spitsbergen, O Gardián do Ártico" y "Odisea en Groenlandia" |
3)PRODUCTOS DE LIMPIEZA. En la Cinemateca de IB Cinema hay dos positivos de Columbia que salieron, en 1989, al mismo tiempo del laboratorio, en triacetato AGFA: mi queridísima "Gilda" y la película de William Castle "Mysterious Intruder". Las dos se conservaron en las mismas condiciones durante todos estos años. Es mas, "Gilda", como la adoro, la he proyectado varias veces, algo que le conviene al triacetato. ¿Por qué, entonces, el síndrome del vinagre ha comenzado a devorar "Gilda", mientras que el triacetato de "Mysterious Intruder" permanece inmaculado?
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En España, hay un laboratorio de nivel internacional: Retrolab Cinema, donde INDITEX revela sus campañas en cine. Aquí revelé "Non hai futuro (Opus V)" |
Como "Gilda" me importaba mucho, esta es una de las películas que, antes de proyectarla, procuraba tratarla con un bien reputado producto químico especializado norteamericano, que compré hasta 2007 o 2008, para preservarla lubricada, flexible, sin polvo ni arañazos.
Pues bien, amigos: ¡este líquido es el culpable del síndrome del vínagre en "Gilda" y otras de mis películas favoritas en las que, por desgracia, lo he aplicado! Como tardé décadas en descubrir, uno o varios de los ingredientes de este preparado letal atacan al plastificante del soporte de triacetato de celulosa (pulse "ver en Facebook" para visionar vídeo).
Lo que creía que era una buena práctica (y no habría pasado nada si estas películas estuvieran en soporte de poliéster), en realidad, fue el cáncer que acabó desencadenando el síndrome de vinagre.
Estoy en condiciones de certificar que mis películas de triacetato tratada con este, y algún otro, producto, son mas propensas al síndrome del vinagre que las no tratadas. Por ello, es mejor evitar la aplicación en las películas de triacetato de celulosa de según que comopuestos (lo siento: no puedo mencionarlos aquí, ni por supuesto sus marcas).
Dado que las películas son un bien deseable en el mercado de los entusiastas del cine, muchas han sido tratadas con una sustancia que usa el mismo índice de refracción que la película para "rellenar" los rayas y así mantener una apariencia limpia en proyección (los arañazos y rayas del soporte en un positivo normalmente refractan la luz, lo que los hace parecer negros en la pantalla). Con poliester no hay problema, pero con el triacetato, al agregar una de las marcas que se venden para este proceso, se produce un efecto autocatalítico, que acelera la descomposición.
Conclusión: la triste certeza es que todas las películas de triacetato tratadas químicamente con ciertos productos, o mal lavadas tras su revelado, eventualmente sucumbirán al síndrome del vinagre (mas pronto que tarde si la conservación no ha sido la idónea)
(Continuará en la entrega 7)
Madre mía, qué pesadilla, parece que nada nos puede ayudar con esto, hasta lo que en teoría ayudaría ha sido al revés. Parece ser que lo que está más a nuestro alcance es separar las películas.
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