Cuando el cine en Súper-8 entró en coma en España en 1983, su pujanza siguió tanto en Gran Bretaña como en Alemania. Uno, que siempre fue anglófilo, se suscribió a "Movie Maker" y posteriormente, de forma simultánea, a "Making Better Movies".
Ayer por la noche, echándole un ojo a un ejemplar de finales de los ochenta, para leer la prueba técnica de la Zenith Krasnogorks-3, que tengo convertida a Súper-16, aproveché para recrearme con los anuncios de Tony Shapps y su mundialmente famoso "The Widescreen Centre", ofreciendo anamórficos, el proyector Beaulieu o las cámaras Beaulieu 2016, de 16 mm, y 7008, de Súper-8.
En dicho ejemplar descubro una fotografía que me hace mucha ilusión, en la que mi esposa y yo aparecemos, jóvenes, con todos nuestros amigos cineístas británicos.
Eran los bonitos tiempos de "Movie Group" en los que, armados de nuestras cámaras, y en compañía de luminarias como sir John Mills y Tony Rose (de quien aprendí los secretos de la cinematografía en paso estrecho), recorríamos el mundo, de la mano de John Wright, a bordo de "Leonid Brezhnev" en los maravillosos tiempos de la guerra fría y con el desmoronamiento del telón de acero, como explico en este documental, en el que aprovecho para narrar el triste final del otrora espectacular trasatlántico, que ondeara orgulloso su estrella roja y la hoz y el martillo por todos los mares del universo mundo, en toda su redondez, y que hoy, en manos de la mafia, medio oxidado, es un burdel-casino de baja estofa en la China roja. Toda una curiosidad, el documental "Brezhnev, mon amour", que, cuando lo publiqué, "La voz de Galicia" le dedicó una página completa a color.
BREZHNEV, MON AMOUR from IB CINEMA Motion Picture Films on Vimeo.
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