miércoles, 12 de febrero de 2020

FUMEO 9119: REVISIÓN Y PUESTA A PUNTO ¡TRAS DIEZ AÑOS PARADO!

No es ningún secreto que soy, desde siempre, un firme defensor de los proyectores de cine Fumeo, para todos los pasos cinematográficos, desde 8 mm hasta 35 mm y para diapositivas. 
Un día, escribiré sobre mis modelos favoritos de Fumeo, firma cuyos intereses llegué a representar en Galicia ¡y esa es la razón de que haya tantos Fumeo de 16 mm, tanto portátiles como fijos de cabina, instalados en instituciones de mi región!, desafortunadamente desaprovechados desde hace años. Uno de ellos, el del Teatro Rosalía Castro, de La Coruña, es una pequeña joya con mil vatios de xenón y que, según creo, nunca se llegó a estrenar. Otro maravilloso Fumeo de 1000 W lo instalé en una de las dos salas del Fórum Metropolino, aunque desde que abandoné la programación no se volvió a utilizar.  Un portátil 9271 fue destinado en su día a la Casa de las Ciencias. Y hay más.  El listado completo se lo pasé al anterior concejal de cultura pero se ve que tenía cosas mas importantes que hacer que dar vida a estas inversiones paradas del dinero del contribuyente (pese a que, habiendo sido ayudante de programación del CGAI, donde se encuentran en servicio dos Fumeo de xenón, se le supone conocedor de la versatilidad de estas máquinas).
El mas grande de todos, de 2.000 W de xenón, me lo tuve que "comer con patatas" pues, con el aparato ya encargado por mi parte a la fábrica, como las distribuidoras en España abandonaron el mercado de 16 mm en torno a 2001,  mis clientes, un organismo de miserables,  se volvieron atrás en su compra. En su momento, me afectó, pero hoy en día le doy las gracias a esos sinvergüenzas: ¡es idéntico al instalado en el Festival de San Sebastián!, proporcionando tanta luz ¡que los espectadores abandonan la sala bronceados!
Cuando tenga tiempo escribiré sobre mis proyectores favoritos Fumeo de 16 mm, el paso cinematográfico especialidad de la firma de Milán.
Para Súper-8, disfruto también con varios Fumeo,  uno de ellos, el grandioso Fumeo 9145, con lámpara de xenón 500, modelo del cual en mi ciudad hay dos unidades: una en la "filmoteca" CGAI y otra en el Cine Klan des Tyne. Para quien quiera conocer mas sobre esta alucinante máquina le recomiendo el artículo en cinco partes, ya publicado en esta bitácora, disponible en el siguiente enlace:  https://mimundoensuper-8.blogspot.com/2019/05/living-more-than-30-years-with-fumeo.html
Recientemente, decidí incorporar a la sala de montaje HAL 9000, en IB Cinema, un Fumeo 9119 que tenía parado desde hace diez años, o más; fue uno de mis últimos encargos en la fábrica, cuando ya era propiedad de WBS (World Broadcast System), alrededor del 2006 o 2007. Apenas sin uso, está todavía con la lámpara de origen.
Tras tantos años apagado, aunque mecánicamente iba perfecto, presentaba algunas anomalías:
1) la lámpara del sonido óptico no se encendía.
2) el amplificador hacía ruidos extraños.
3) las correas estaban mal; y 
4) el sonido magnético funcionaba intermitentemente. 
Siguiendo los consejos por video conferencia, desde Nápoles, de Antonio Liguoro, Alex López et moi pudimos arreglar el sonido óptico: como bien adelantó Antonio, el problema estaba en el conmutador. 
Para todos los demás arreglos no quedó otra que recurrir a las manos de geisha,  y el ingenio, de mi amigo de 40 años José Manuel Pérez Romero, Mr. Fuji Xerox.   Reunidos en la sala HAL 9000, en una especie de conjunción interestelar, ¡estuvimos las únicas tres personas de La Coruña que adoramos la Fujica ZC1000!
José Manuel, de forma altruista, en un plis plas, no sólo puso el Fumeo 9119 totalmente operativo, sino que le añadió una cabeza magnética estereofónica que me había mandado Matteo Richetti el pasado verano. Para una segunda fase, queda la adición de un preamplificador estereofónico que permita mezclar las dos pistas. 
José Manuel, de meticulosa mentalidad teutona, hizo un reportaje fotográfico, que tal vez pueda servir de ayuda a otros. 


José Manuel tuvo que solventar, además, algunos problemas en la electrónica que ocasioné al lubrificar excesivamente el aparato antes de encenderlo tras una década parado: al arrancar el motor, la grasa y el aceite ¡se esparcieron por todo el interior!

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