Todos, o al menos los entusiastas de las gestas polares, sabemos de la controversia que, en su momento, hubo sobre quien fue el primero en arribar al Polo Norte: si el doctor Cook, con un historial de engaños, o el comandante Peary. La magnitud de la disputa fue tal que llegó al Congreso de los Estados Unidos, donde, tras analizar la documentación aportada, el 21 de enero de 1911 se dictaminó que el Polo Norte fue conquistado por Robert Peary, ingeniero de la Marina, y no por Frederick Cook, un médico sin clientela que ya había hecho trampa en 1906 cuando anunció que había estado en la montaña McKinley de Alaska con fotografías que se demostraron trucadas.
Un librito muy recomendable, que leí en dos noches. |
El equipo del comandante Peary que llegó hasta el final estaba compuesto por cuatro esquimales (Seeglo, Eginwah, Ooqueah y Ootah), un negro (Matthew Henson) y un blanco (el propio Peary). Lo que es menos conocido es que el primero en hollar el Polo fue el negro Henson: Peary, en esas jornadas finales, estaba tan al límite de sus fuerzas que llegaba el último.
Un ameno librito, "Al límite de nuestras vidas: la conquista del Polo", escrito por Philippe Nessmann, y editado en español por el sello Bambu (de editorial Casals), recupera para la memoria esta hazaña con un texto biográfico que, además de rico en valores humanos, lo vuelve muy recomendable para que los profesores aconsejen su lectura a los alumnos en la escuela (si fuera estadounidense, filmaría una película en Súper-8 con este libro como base, pero en España es un tema que interesa a muy pocos).
Peary había conocido a Matthew Henson 22 años antes de aquel histórico 6 de abril de 1909 en una sombrerería de Washington. Se disponía a partir para Nicaragua con una expedición de la Armada estadounidense cuando contrató a Henson, diez años mas joven --con 21 años-, como su ayudante, impresionado por sus destrezas y su experiencia en el mar (huérfano desde muy niño, se había embarcado por primera vez a los 13 años).
Matthew Henson, "casi" un esquimal |
Durante las dos décadas que acompañó a Peary, Henson se volvió su mano derecha. Dado su color, los esquimales pensaron que era de su raza. Aprendió su idioma hasta hablarlo con soltura, era aceptado en sus hogares e incluso adoptó a un niño esquimal. Aprendió con ellos a construir trineos, conducir perros y hacer iglús. A los esquimales les impresionaba la habilidad de Henson como cazador y conductor de trineos, y por esto era capaz de levantarles el ánimo cuando desfallecían, algo de lo que Peary no lograba.
Pero, tras coronar el Polo, y realmente ser el primero en pisarlo, al volver a Estados Unidos, Henson volvió a ser un simple negro. Muchos periódicos se preguntaban por qué Peary había elegido a un negro para que lo acompañará al polo (mi hipótesis, al término de esta entrada). Alguno de los artículos ni siquiera lo citaban por su nombre: era simplemente "el sirviente de color" de Peary. La mayoría, ni siquiera lo mencionaban: era como si no existiera, como si Peary hubiera hecho el viaje solo. Para la moral de la época, parecía inconcebible que un negro pudiera ser valiente, inteligente y digno de una proeza.
Fotografía tomada por Peary en el Polo Norte: bajo la bandera de las barras y estrellas, Ooqueah, Ootah, Henson, Egingwah y Seeglo |
- P.S: MI HIPÓTESIS. Del "Roosevelt" salieron rumbo al Polo siete equipos, para apoyar con su carga de alimento a los que llegarían hasta el final, regresando uno cada cinco días. El comandante Peary decidía quien regresaría en cada momento. Creo que mandó volver a todos los blancos pues así se aseguraba ser el único nombre que pasaría a la posteridad por coronar la hazaña... en una época que negros y esquimales no tenían la misma categoría (de hecho, Umberto Nobile, que estuvo en el Polo Norte dos veces, en su libro "Alas sobre el polo", publicado en España por Editorial Juventud, se refiere a la conquista del Polo Norte por Peary (sic) "un nuevo récord para expedicionarios en trineo, del que sólo son testigos un negro y seis esquimales, ninguno de los blancos expertos en navegación que estaban en los otros grupos", como sembrando duda de la gesta).
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