A lo largo de los años, me fui haciendo con una buena colección de estos instantes congelados, principalmente filmados por compatriotas europeos, que, hoy en día, si quisiera, podría digitalizar en 4K.
Y no fui el único con esta "perversión cineística": mi doble no en los Alpes, sino en Levante, el gran y buen amigo Marc Martí también conserva una caja repleta de estos fotogramas en busca de autor.
¡Me imagino el multazo que le caería hoy a Kodak, por esta práctica, en una época, como la actual, en que se ha llevado la ley de protección de datos personales a límites absurdos!
Lo que sí hago, en la actualidad, es conservar el último fotograma expuesto de cada uno de mis rollos. Esté último fotograma, atacado por la luz, suele venir con velados psicodélicos de arte químico, que dejan perplejos a la chusma que pulula por el inframundo digital.
En la entrada de hoy, algunos últimos fotogramas de distintos rollos del proyecto Kodak "Spitzbergen: el guardián del Ártico": a mucho menos, he visto que llaman "videoarte"
No hay comentarios:
Publicar un comentario