viernes, 13 de julio de 2018

SPITZBERGEN: EL GUARDIÁN DEL ÁRTICO. En Súper-8 4K de Kodak. Cuaderno de bitácora número 9

AUDUN RIKARDSEN: CIENTÍFICO Y FOTÓGRAFO DE PRESTIGIO INTERNACIONAL.
Recuperar una cámara fotográfica sumergida en el Oceáno Glacial Ártico, a cuyo fondo fue arrojada por un oso polar a través del agujero de respiración hecho por focas, fue una de las misiones principales de esta expedición, junto con la prueba de películas de Súper-8 Kodak, incluyendo la nueva Ektachrome, en condiciones extremas. 
La cámara a rescatar, una Canon digital, había sido colocada por uno de los fotógrafos de naturaleza que mas admiro, Audun Rikardsen,  profesor de Biología en la Universidad Nórdica de Noruega. Pese al enorme rigor científico de sus trabajos, reconocidos internacionalmente, es una persona sencilla, hombre de familia, que no dudó en compartir su tiempo y valiosos consejos con el resto de expedicionarios.
Aparte de las charlas de trabajo, y de verlos en acción, uno tuvo la suerte enorme de compartir mesa a bordo del histórico rompehielos “Malmö” tanto com Audun, como el también admirado fotógrafo Svein Wik. En la fotografía superior, disparada por mi compañero de camarote Eric Fokke a la hora de la cena (fíjese el lector en el reloj: ¡comenzábamos a cenar a las 7!), Audun preside la mesa de espaldas, y de izquierda a derecha: el gran Svein Wik (máximo responsable de la expedición, conjuntamente con el capitán), la periodista de la televisión noruega Kari Toft, su cámara Reidar Gregersen, quien esto redacta, Bjarne Vidar (quien siempre disparaba su cámara en ráfagas de cientos de instantáneas: el guerrillero de la fotografía –una filosofía muy distinta a la de Audun--), los buenos amigos suecos Óscar Brost y Per Andersson (de pie,  la auxiliar de navegación Julia Lindberg), y el Dr. Gunnar Aus, el experto que manejó el dron con el que se perpetró la inaudita hazaña de filmar desde el aire, por primera vez en Súper-8, sobre la superficie helada del Océano Glacial Ártico.   Erik Fokke solía cenar en una pequeña mesa con la teutona Ramona Strempel, y tras ellos, “la mesa del Brexit” ( J ), del contingente británico formado por Nicola Hopper, Brian Mattews, Nicholas Townsend y Caroline Townsend.
PARTIMOS DEL PUERTO: EJERCICIO DE SALVAMENTO
El jueves 3 de mayo había que embarcar en el rompehielos “Malmö” a las cuatro de una tarde espectacularmente soleada que me hacía presagiar lo mejor: ¿serían así los siete días siguientes, con 24 horas de luz de sol, justo lo que necesitaba para probar la nueva Kodak Ektachrome en condiciones idóneas? Desgraciadamente, en Spitzbergen, las cuatro estaciones del año no sólo es que puedan suceder en el día, sino que muchas veces ocurren ¡en el transcurso de una hora!, como veremos en un capítulo posterior.
Mientras el veterano “Malmö” abandonaba las tranquilas aguas del fiordo Adventfjorde, pilotado en su derrota por el segundo oficial Bjorn Berg, en la cubierta de popa el capitán, Viktor Karlsson, empleando como modelo a su auxiliar de navegación Julia Lindberg, nos explicó a los expedicionarios las pautas a seguir en caso de hundimiento. 
Uno, que a lo largo de su vida, ha viajado muchas veces en trasatlánticos comerciales (la presente es mi quinta o sexta visita por encima del círculo polar ártico), estaba acostumbrado a los chalecos salvavidas tradicionales: pero en las aguas heladas del Océano Glacial Ártico esos chalecos son inútiles. Pero el “Malmö” no es un trasatlántico, sino un rompehielos, con 75 años de experiencia surcando estas latitudes, dotado equipamiento profesional.
Si uno cae al Océano Glacial Ártico, suponiendo que no se hunda, el choque con el frío hace que una persona comience a hiperventilar de inmediato, de forma incontrolable, por un par de minutos. En unos diez minutos, según el capitán, los músculos se debilitan, se pierde coordinación y fuerza, dado que la sangre de aleja de las extremidades. La única forma de sobrevivir por mas tiempo es con un traje térmico especial, como con los que se encuentra dotado el “Malmö”. En teoría, ponerse uno no debe llevar mas de cinco minutos. En la práctica, en medio de una tempestad, o con una vía de agua y el buque zozobrando, eso está por ver. Con el traje con el que se ve a Julia en las fotos se podría sobrevivir bastante más de una hora en agua helada.
Pese al peligro, uno va tranquilo pues, si el “Malmö” no ha sufrido ningún incidente ni siquiera durante la II Guerra Mundial, ¿por qué habría de hundirse precisamente en este viaje en el que se conmemora su 75 aniversario de navegación ininterrumpida?
Además, la fecha es muy propicia. En su libro "Mis vuelos polares", el pionero Umberto Nobile afirma que los meses mas favorables para explorar el ártico son entre abril y mayo, pues en ellos, entre otras cosas, los días de niebla son bastante escasos (uno o dos de cada treinta); de hecho, Nobile recomienda principios de mayo. 
Con el sol, las montañas nevadas que encajonaban este fiordo se veían bellísimas. Los glaciares resplandecían bajo la luz del sol. Aquí y allá se veían grandes manchas azuladas. 
CHARLA DEL PROFESOR AUDUN RIKARDSEN.
Después, pasamos a la pequeña sala de reuniones, en la que Audun Rikardsen, nos narró, primero,  la historia de este archipiélago, llamado Svalbard por los noruegos, y, después,  los peligros que se ciernen sobre estos confines debido especialmente al calentamiento global (y los microplásticos).
Las diapositivas del lado izquierdo (en la versión para ordenador), disparadas en la misma época del año,  desde idéntico punto de vista,  con una diferencia de unos cien años, prueban, según Audun, que nuestro planeta, el único que tenemos, y del cual no podemos ir a ningún sitio, avanza a su destrucción. Los cambios se notan menos en latitutes meridionales, pero en el Ártico, son tan visibles que de forma provisional el primer título que barajé para el documental  fue “Svalbard: el termómetro del Ártico”.
En el cambio climático, las emisiones de dióxido de carbono tienen un papel fundamental. Audun, en su charla, repasó los datos país por país: España incrementó el año pasado sus emisiones pues, por increíble que parezca, sigue produciendo ¡¡¡quemando carbón!!! el 29 por ciento de la energía eléctrica, toda una paradoja en el país del sol, con una gran infraestructura hidráulica y con mareas en la zona atlántica. Claro que los datos de otras naciones de nuestro entorno europeo son peores. Y catastróficos en lo que respecta a Rusia, China o los Estados Unidos.
El calentamiento global se ha vuelto tan grave que, este marzo de 2018, según Audun,  ha sido inusualmente cálido tanto en Noruega como en Svalbard. Lo peor es que el aumento de la temperatura del aire, incrementa también la de los océanos,  con lo cual la banquisa ártica, esa superficie de hielo flotante vital, por ejemplo, para los osos polares, como veremos,  o las morsas, este año de 2018 es la de menor extensión desde los primeros controles por satélite de finales de los años setenta. Curiosamente, el deshielo genera una mayor cantidad de témpanos (icebergs).
Muchos gobiernos mundiales, preocupados por el calentamiento global (aunque sea de “cara a la galería”), se comprometieron, gracias al Acuerdo de París, a que la temperatura media de la Tierra no aumentase mas de dos grados Celsius.
GALICIA Y EL CAMBIO CLIMÁTICO.
Galicia tiene una buena vinculación con Spitzbergen en relación al cambio climático. Si la corriente del Golfo, que tras templar las aguas de Galicia, hace lo mismo, a una escala inferior,  con las de la costa oeste del archipiélago ártico, cambiase su itinerario, ambas regiones se verían afectadas de forma letal.
Por otra parte, Galicia, a través de la Universidad de Vigo, es la única comunidad española con una institución académica, la Universidad de Vigo,  que participará en la redacción del nuevo informe del Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU. Por otra parte, desde hace unos días,  Galicia, a través de la consellería dirigida por Beatriz Mato (persona muy preocupada por el medio ambiente), es la nueva representante de las regiones españoles en el Consejo de Ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea.
AUDUN RIKARDSEN NOS CUENTA LOS SECRETOS DE SUS FOTOGRAFIAS.
Tras la introducción a la historia del archipiélago de Svalbard (que uno prefiere seguir denominando Spitzbergen, como hacen en Alemania y Holanda, siguiendo los deseos de su descubridor), el resto de la extensa charla de Audun, mientras la nave se adentraba ahora por las aguas del fiordo Isfjdrden (¡descubierto por un español!, como ya se ha narrado en una entrega previa), giró en torno a temas fotográficos.
Audun emplea cuerpos Canon con sus objetivos de la serie L, normalmente en condiciones muy adversas: días, semanas y meses de nieve, aguanieve, granizo y viento.
Audun es de una pequeña comunidad pesquera en el norte de Noruega llamada Steigen, y ahora vive en un pueblecito en la costa a las afueras de Tromsø, también conocida como la "la capital del Ártico". Procede de una familia ballenera, un hecho que dice que tuvo el efecto contrario al que cabría esperar: le enseñó a comprender y respetar la vida natural. Combinando una naturaleza curiosa con un gran interés en la vida silvestre, por encima y por debajo del nivel del mar, Audun crea fotografías que reciben reconocimiento mundial por su creatividad y perspicacia técnica.
Pero,  ante todo, Audun es un científico que trabaja como profesor de biología en la Universidad Nórdica de Noruega en Tromsø. Su labor docente es la fuerza impulsora detrás de su opus fotográfico: con una fotografía, como ningún otro medio, puede compartir su investigación tanto con sus alumnos como con otros científicos.
AUDUN, COMO KODAK Y WALT DISNEY: HACIENDO POSIBLE LO IMPOSIBLE.
Parte de sus éxitos fotográficos se pueden atribuir a su comprensión académica sobre el comportamiento de los animales. Mientras que otros científicos se limitan a especular y confían en el trabajo de otros, a Audun le gusta hace posible lo imposible personalmente, algo que me gustó escuchar pues es una filosofía que uno comparte al cien por ciento, al igual que Walt Disney lo hiciese en su día (a quien todo Hollywood le aseguraba que el público no aguantaría un largometraje de dibujos animados), o ahora mismo, Kodak, desarrollando, en pleno siglo XXI, una película inversible de color totalmente nueva para su uso en cine de Súper-8, 16 mm y diapositivas. 
AUDUN: PREPARACIÓN, PERSISTENCIA Y TRABAJO.
La cámara fotográfica de Audun,  que la expedición intentará recuperar del fondo submarino (con éxito) en la jornada siguiente, es una de las varias que deja en plena naturaleza ártica a veces durante meses: de esta forma, consigue instantáneas únicas de los animales en sus zonas de descanso. Audun no duda en sumergirse en aguas heladas para fotografiar ballenas retozando y hasta colocar la lente frontal del objetivo casi en el hocico de osos polares de una tonelada.
Audun a menudo descubre que las vistas y perspectivas que no puede ver con sus propios ojos, las puede capturar a través de una lente hábilmente escondida.
FOTOGRAFÍA CIENTÍFICA.
Para Audun, su cámara es un herramienta científica más.  Por ejemplo, cuando fotografía ballenas,   la parte trasera de la cola de la ballena es una especie de huella dactilar, que luego puede comparar con bases de datos de otros científicos a lo largo y ancho del mundo, en su inmensa redondez, y de esa manera identificar la migración de ballenas.
SUERTE… PLANEADA.
Como científico, Audun planifica un objetivo e intenta obtener los resultados finales de una idea lo suficientemente buena como para merecer financiación. Como fotógrafo, también es necesario tener una buena idea para mostrar algo diferente: ello exige una planificación extensiva.
Según Audun, algunos dicen de sus fotografías que son fruto de la suerte. No es cierto: sus resultados los cosecha tras una cuidadosa planificación, esto es, es una especie de suerte calvinista, debida al trabajo, cuidadosamente preparada y planificada.  Audun concibe sus fotografías como un científico. A menudo tiene una idea, la anota, y empieza a pensar en los métodos que puede usar para alcanzar el objetivo de obtener esa imagen. Nunca para. Y si falla, lo intenta de nuevo, con mayor ímpetu si cabe.
AUDUN: OBLIGADO A USAR MEDIOS DIGITALES.
Si bien Audun no dispara en ráfagas, como la mayor parte de los que usan digital, sino a menudo tomas únicas, se ve obligado a usar medios digitales debido a las condiciones de poca luz del largo invierno ártico (la película fotoquímica es sensible a la luz).
Para él, por tanto, lo más importante de su equipo es que pueda usarse con poca luz y en condiciones extremas. Eso significa que necesita tener cámaras con un buen rango dinámico y valores ISO altos sin demasiado ruido. Su elección es siempre Canon, con cuerpos EOS 5D Mark IV, 6D Mark II y EOS-1D X Mark II.
A diferencia de otros fotógrafos que se sirven de teleobjetivos grandes cuando fotografían animales, Audun prefiere en general ir por la dirección opuesta, empleando granangulares como el Canon ES 16-35 mm f 2.8 o incluso un objetivo macro. Su filosofía, que tuvimos ocasión de comprobar a bordo del “Malmö”, es la de acercarse lo máximo posible al entorno donde vive el animal, lo que aporta más sobre el animal en sí.
"En estas situaciones, necesitas conocer y observar el comportamiento del animal: si lo persigues, lo asustas. Si les das tiempo, con frecuencia se adaptarán a ti, y en algún momento se interesarán y se acercarán . Ahí es cuando obtienes las tomas interesantes " (sic).
Normalmente los escondites de Audun están también en lugares extremos,  como por ejemplo en el borde de un acantilado sobre un glaciar, así que necesita una cámara que pueda permanecer allí en condiciones de congelación y que pueda disparar cuando llegue el animal.
Este invierno colocó su objetivo Canon EF 16-35 mm f 2.8 III USM bajo la lluvia durante toda una noche. Aunque normalmente usa un filtro para proteger la parte frontal,   decidió arriesgarse y dejar el objetivo sin ninguna protección. Llovía con tanta fuerza que estaba realmente muy preocupado. Cuando regresó al día siguiente, comprobó que el objetivo sobrevivió en perfecto estado. La robustez es la principal virtud que Audun valora en los objetivos Canon de la serie L.
Pero la fiabilidad es también importantísima para él: cuando se persigue una situación determinada, cuidadosamente planificada, llegas finalmente al sitio y es el “ahora o nunca”, nada hay peor que tu equipo no funcione. Esto es más frustrante que si todo funciona y algo sale mal por culpa de uno.  Por ello, Audun emplea cámaras que sabe que pueden hacer frente a estas condiciones. La durabilidad y la fiabilidad son fundamentales para él. Su confianza en Canon, le ha valido ser nombrado "embajador Canon para Escandinavia", lo cual le otorga ciertos privilegios como los que Kodak tiene conmigo.
EL NIDO DE LAS ÁGUILAS DE AUDUN.
Debido a que Audun es un científico con dedicación exclusiva, su desafío es la falta de tiempo. Y si quiere hacer fotografía, necesita combinarla con la ciencia y con sus responsabilidades familiares. Ha construido un escondite en las montañas, a unos dos kilómetros de su casa. Cuando su hija se acuesta, acude allí para arreglar los tejidos de cuero, colocar las cámara y configurar los sensores de movimientos para que,  luego, la cámara tome la foto.
Este escondrijo es una especie de oficina donde puede hacer ciencia y fotografía, concentrado en su trabajo, sin distracciones telefónicas: si aparece un águila, puede fotografiarla.
AUDUN Y LA FOTOGRAFÍA OCEÁNICA.
Audun creció en una comunidad costera cerca de la naturaleza. Cuando sus padres le regalaron su primer equipo de buceo, sobre el agua, podía escuchar los sonidos de los pájaros, los coches, la gente hablando… , pero, bajo el agua, podía escuchar rocas en movimiento, voces pequeñas, luego silencio total.
Los milímetros que dividen esos dos mundos siempre le han fascinado: los pájaros se sumergen para atrapar peces y las ballenas surgen desde abajo para respirar. Las vidas de estas criaturas están conectadas por estos milímetros de agua superficial.
La experiencia y los años le llevaron a diseñar y construir su propia carcasa abovedada, que tuvimos ocasión de ver en el “Malmö”.  Era una idea que rondaba hace tiempo en su cabeza, desde que había estado observando a las orcas atraídas por la pesca de los barcos.
Con su carcasa semiesférica, al extremo de una vara, con la carcasa de Audun la cámara “puede ver” todo lo que sucede desde la superficie, y si se sumerge un poco, al mismo tiempo, lo que hay bajo ella, usando granangular. Cuando Audun la fabricó, no había ningún equipo en el mercado que pudiera hacer eso en condiciones de poca luz.
Cuando Audun ingenia algún dispositivo, tiene amigos ingenieros que le ayudan en su tiempo libre, creando, por ejemplo, la electrónica que necesita para el control remoto, baterías externas de rendimiento inaudito a baja temperatura y cosas por el estilo.
FOTOS MUY PLANIFICADAS, CON POCOS DISPAROS.
Según Audun, cuando mas planificas una fotografía, menos tomas haces y mejores son. Con una buena planificación, tal vez la mitad de las fotografías sean buenas. Si está menos planificadas, aunque, en digital, pudieses tomar miles de fotografías, si acaso, con un poco de suerte, sólo una destacaría.
EL RETO MAS DIFICIL.
Al final de su charla, Audun confesó que su reto mas difícil es la falta de tiempo: combinar su trabajo  científico, docente, con la fotografía, y al mismo tiempo ser padre y persona de familia. “Este es mi desafío: el tiempo”. Por ello, para esta expedición Kodak, fue todo un lujo compartir el valioso tiempo de Audun… y sus conocimientos.
OCÉANO EMBRAVECIDO.
La charla de Audun concluyó cuando el "Malmö" estaba a punto de dejar, con un fuerte viento de proa,  el fiordo mas grande Isfjorden, descubierto por el español Juan de Erauso en el siglo XVI,  del cual Adventfjorden es un pequeño ramal. La calma de nuestra partida tocaba a su fin. En el interior del "Malmö", la excitación era incontenible y la anticipación de lo que íbamos a vivir inflamaba nuestra imaginación, pese a la responsabilidad de llevar cada uno su cometido científico. 
El movimiento del "Malmö" era tal que el agua prácticamente llegaba a la cubierta de popa. Pero lo peor estaba por llegar. No me quedó otra que retirarme al camarote (en la jornada siguiente acabaría por coger lo que denominaban "pie marino", esto es, el hábito de acostumbrarse al movimiento del "Malmö"), para descubrir que la ventana tipo "ojo de buey" se transformaba a veces ¡en un visor submarino", como puede verse en este breve fragmento grabado con el móvil de la pantalla de visualización del original en Súper-8 Kodak Visión 200: 


En el próximo capítulo, ¡no se lo pierda el amigo lector!, viviremos el momento en que el “Malmö” ¡se quedó atrapado durante horas en un Océano Glacial Ártico congelado!, sobre cuyas aguas, como si fuéramos una especie de “nuevos mesías”, caminamos.
Si es nuevo en esta bitácora, no se olvide de leer las inauditas informaciones publicadas en las entradas anteriores; 
Capítulo 1:  https://mimundoensuper-8.blogspot.com.es/2018/05/spitzbergen-el-guardian-del-artico-en.html
Capítulo 3 https://mimundoensuper-8.blogspot.com/2018/06/spitzbergen-el-guardian-del-artico-en.html  
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