Unas 500 personas, mayoritariamente público familiar, se
congregaron ayer en Oleiros para la proyección de la obra maestra "La, la, land: La ciudad de las estrellas", rodada con película de cine de 35 mm.
La temperatura de la noche, muy agradable, y lo cuidado del parque, algo que es
la norma en esta villa, así como el hecho de que cada espectador recibiese como
regalo un DVD precintado de películas gallegas y en gallego, permitió concluir
la sesión con una salva de aplausos que llenó de orgullo al equipo de
proyección:
aunque el cine al aire libre es el último eslabón de la industria,
permite, por un lado, prolongar la vida comercial de las películas; por otro
lado, el cine al aire libre, de una película familiar, de la calidad de
"La, La, Land", en la que no es raro encontrarse ¡hasta a cuatro
generaciones de una familia!, deja una huella imborrable en la memoria de los
mas jóvenes. Lo se, pues aquí, en Oleiros, tenemos espectadores que hace 25 o
30 años venían con sus padres ¡y hoy, ya calvos, traen a sus hijos!
No entraré en detalles sobre el guión de “La la land” más
que para escribir que, en contra de lo afirmado por algunos, en
absoluto es superficial, como demuestra su lamento de que, en la
sociedad actual, hasta la felicidad personal a través del amor se pospone
frente al éxito profesional. Me ceñiré al aspecto técnico de la producción.
MARAVILLOSO 35 MM VS BIRRIA DIGIMERDE
Un musical así habría sido extremadamente sencillo grabarlo
en digital. Sin embargo, su director, el joven Damien Chazelle, optó por
la película de cine, pues sólo la textura argéntica es capaz de captar y
transmitir la magia visual del Hollywood clásico que él buscaba para esta
obra, tan lejos de la frialdad numérica. “La la land” se filmó
íntegramente con película negativa Kodak de 35 mm, empleando la Kodak Vision
500 (equilibrada para luz de tungsteno) y la gloriosa Vision 250 (equilibrada
para luz de día). Una secuencia, la que recrea una proyección de cine familiar,
fue filmada en 16 mm con la Kodak Vision 250D (exactamente como en “The walking
dead”).
Damien Chazelle confió la fotografía al sueco Linus
Sandgren, que rehúsa los proyectos si no son filmados con película (menos mal
que no vive en España, nación en la que, sucumbida a una “modelnidad” mal
entendida, es poco menos que inviable un rodaje argéntico). Gran parte de las
sensaciones que transmite “La la land”, aunque sea de forma subliminal para
el grueso de los espectadores, es gracias a que ha sido rodada con
película.
CINEMASCOPE EN TODO SU ESPLENDOR.
El deleite visual empieza, para las retinas
cultivadas, ya desde los mismos créditos de principio, cuando el formato cambia
de “académico” y blanco y negro, a color y CinemaScope, con el logotipo clásico
de este sistema anamórfico cuyo permiso para su uso se necesitó pedir a
la Fox; el homenaje al cine es patente a lo largo del metraje, con el viejo
formato 2.55:1 (como en “Ha nacido una estrella”, frente al anamórfico 2.35:1
de los últimos años)
-- y no nos abandona hasta el mismísimo final, con una cartela de “The End. Made in
Hollywood, U.S.A.”
HOMENAJE CONTINUO.
Las referencias cinematográficas, a lo largo de la
película, son constantes (“Cantando bajo la lluvia”, “Un americano
en París”, “Una cara con ángel”, “Melodías de Brodway”, “Ritmo loco”, “West
side story” o “Grease”, entre otras obras), y no sólo circunscritas al género
musical (“Los paraguas de Cheburgo”,
“Casablanca”, “La bella durmiente” o, por no ser mas
exhaustivo, mi admirado mediometraje “El globo rojo”, de Lamorisse).
Además, me encantó la escena en que los protagonistas recuerdan sus vivencias
en lo que es una simulación de proyección en Súper-8 (aunque filmada en 16 mm).
NATALIE KALMUS, RENACIDA.
Hubo una época, la del Technicolor clásico, en que las películas
de Hollywood estaban supervisadas por la cultivada retina de Natalie
Kalmus (esposa del inventor del Technicolor). Muchas de las
escenas de “La la land” nos devuelven a los tiempos de Kalmus, y su cuidadosa
composición del color en los diferentes planos de sus películas. Estamos,
pues, ante una obra de arte en la que podemos ver la
influencia de la luminosidad de Sorolla, la atmósfera de Goya, los efectos de
la luz de Rembrandt y hasta la atmósfera de Goya. Es, “La la land”
una delicia argéntica, que logra extraer el mayor partido cromático de las
emulsiones Kodak Vision.
OBJETIVOS CLÁSICOS.
El director de fotografía se sirvió para la filmación
de objetivos con cuarenta o cincuenta años a sus espaldas. Por ello, a veces,
el ojo experto puede apreciar ciertas distorsiones e, incluso, un
pequeñísimo viñetaje. Ciertos anamórficos tuvieron que ser
especialmente modificados por Panavision para la obtención de primerísimos
planos. El enfoque, siempre manual, se hizo por estimación directa del operador
de cámara.
UN ESFUERZO HOMÉRICO.
Las cámaras empleadas en “La la land”, grandes y pesadas, no
pudieron, como es natural, usarse con ridículos drones ni con steadys de
juguete, sino sólo con grúas (cranes) profesionales y un operador de steady (rodaje
cámara en mano) experimentado en cine, todo ello en el más puro estilo del
Hollywood clásico, al que actualmente nos devuelven maestros como Scorsese,
Tarantino, Spielberg, J.J. Abram y otros. Muchas de las tomas,
incluyendo la de la sofisticada coreografía en la autopista cámara al hombro,
se rodaron con solo una cámara, a toma única y con unos pocos
minutos de película en cada magazine: un esfuerzo homérico que demuestra la
profesionalidad tanto del equipo técnico como artístico.
"LA LA LAND" LLENA INCLUSO EN VILLAS PEQUEÑAS:
"La la land" es una película que atrae al público, incluso cuando, en determinadas concellos, como ocurrió en Neda hace unas semanas, nos la mandan proyectar en una pequeña parroquia alejadas del centro: vienen todos los parroquianos, incluyendo ¡hasta el mismísimo cura!:
Fotografías tomadas por el jefe de los equipos de proyeccionistas de IB Cinema, Marcos Javier Fernández Eimil, veterano (entre otras salas clásicas de la ciudad herculina) del antiguo Cine Riazor y que es, en la actualidad, el operador de 35 mm sin interrupción mas veterano de Galicia.
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