lunes, 20 de agosto de 2018

SPITZBERGEN: EL GUARDIÁN DEL ÁRTICO. En Súper-8 4K de Kodak. Cuaderno de bitácora número 14.

PRUEBA DE LA NUEVA KODAK EKTACHROME 7294

En la décimo cuarta entrega de esta aventura ártica, tocaba describir los imprevistos sufridos el lunes 7 de mayo: como, tras desayunar, estaba bastante soleado, había decidido filmar con la nueva Kodak Ektachrome 7294, de pre producción, y así comencé la jornada: desgraciadamente, aquí en Spitzbergen se pueden vivir todas las estaciones del año ya no en un día, sino en una hora, y, tras desembarcar del “Malmö” con sol en busca de una guarida de focas y morsas ¡acabamos desorientados en medio de una descomunal tormenta de nieve!
NARRACIÓN INTERRUMPIDA, EN LA LUCHA ¡¡¡POR LA PRUEBA FINAL!!!
Sin embargo, el viernes no pude ponerme ante el teclado, para redactar lo planeado,  pues, directamente desde el cuartel general de Kodak, acababa de recibir, hacía nada de tiempo,  cinco cartuchos de la nueva Kodak Ektachrome 7294, en la que que es, prácticamente, su versión final que se comenzará a vender durante este otoño en todo el universo mundo, en su inmensa redondez (Kodak está haciendo pequeñas producciones para experimentos internos desde diciembre de 2017). En Kodak, han tomado nota de varias de mis informes, algo que se nota ya en el mismo etiquetado.
Las premuras de esta prueba final, y su importancia, tanto para la propia Kodak, como para mi artículo en la revista alemana con edición en inglés PhotoKlassic International (la versión teutona vende en kioskos la friolera de 10.000 ejemplares), que tiene que estar impresa y lista para la inminente Photokina, en septiembre, me hizo, como digo,  imposible, este último viernes, redactar la entrega de esta bitácora que publico cada fin de semana (lo cual lleva un cierto tiempo, pues requiere consultar el diario manuscrito que escribí a bordo y otra documentación), dado que tanto ese viernes como el sábado estuve de rodaje, con mi colaborador el joven cineísta gallego Alex López para, en la ciudad de Ferrol, filmar estos cinco preciados cartuchos, con todos los requerimientos impuestos por Kodak, y que serán descritos en esta bitácora en el momento oportuno (al menos, todo lo que Kodak no considere secreto). 
¡Terminamos de filmar justo a tiempo y el paquete ya ha salido para Alemania! 
Aprovecho, pues, este paréntesis para escribir, a vuela pluma, sobre estos desolados parajes a los que he sido enviado por Kodak (y en los que, aparte de su prueba, he aprovechado para rodar mi largometraje documental "Spitzbergen: el guardián del Ártico").
EL ÚLTIMO CONFÍN DE TIERRA FIRME.
Viajando desde Europa, el archipiélago de Spitzbergen, con sus agudas montañas, es la frontera final: mas arriba, en dirección al Polo Norte, no hay mas que una colosal masa de agua cubierta en buena parte con hielo, el Océano Glacial Ártico, que ocupa ¡¡¡cinco veces!!! el tamaño del Mediterráneo;  todo lo contrario, pues, que en la Antártida, cuyo océano rodea una enorme extensión de tierra cubierta de montañas heladas. 
¡VAYA CASQUETE!
La banquisa de hielo que cubre el Océano Glacial Ártico lejos de ser continua, como muchos piensan, se encuentra formada por grandes casquetes de hielo flotante, de distintos espesores, que amontonados producen en el ojo inexperto la impresión de que se trata de una masa uniforme y rígida. 
RÍOS Y LAGOS.
De vez en cuando este casquete se encuentra interrumpido por unos estrechos canales, a modo de ríos, y por espacios abiertos de ciertas dimensiones, que asemejan lagos. La extensión del casquete es variable, según la época del año, y menguante, debido al calentamiento global.
UN LUGAR HOSTIL.
Se encuentra Spitzbergen, pues, en un lugar inhóspito y desolado, realmente hostil para la vida humana, como todo el Ártico. Sin embargo, estas latitudes han ejercido un extraño encantamiento, durante los últimos siglos, para exploradores y aventureros (sin olvidar su importancia desde el punto de vista ecológico y militar). 
EKTACHROME EN EL ÁRTICO.
El ser un contumaz superochista, con artículos publicados y traducidos a varios idiomas, capaz de hablar inglés, y con profesionalidad suficiente como para cumplimentar cualquier encargo en el terreno de la tecnología fotoquímica, además de contar con experiencia ártica, motivó que en Rochester confiaran en  mí como uno de los cuatro independientes, ajenos al personal propio de la factoría, para probar estas versiones de prueba de la nueva Kodak Ektachrome 7294, la primera película de color inversible desarrollada con tecnología del siglo XXI. Además de un honor, una responsabilidad enorme, dado que, en nuestras manos, se encuentra el valorar y modificar una inversión de millones de dólares, de cuyo éxito dependen cientos, sino miles, de puestos de trabajo en todo el mundo, pues no sólo hay que contar los propios de la fábrica en Rochester, sino también el personal de los laboratorios, camarógrafos especializados o, por ejemplo, los productores de alguno de los mas de 80 ingredientes que se encuentran en los distintos "caldos" de la emulsión Ektachrome: nada hay mas difícil que fabricar una película inversible de color de alta calidad, tarea que aúna principios del siglo XIX con tecnología del siglo XXI.
Antes del inicio del viaje, pasé unos tres meses entrenándome físicamente para la experiencia y, por las noches, repasando viejas lecturas de exploraciones árticas. 
Ciertos libros, como el que narra el viaje en trineo hasta el Polo del almirante Peary , el del almirante Byrd en avión, el del general Umberto Nobile en dirigible, o los de las submarinas de los comandantes Calvert y Anderson, que este mes de agosto cumplen ¡60 años!, llevan en mi biblioteca desde adolescente, casi niño. 
Los fascinantes y dramáticas experiencias, casi fantásticas, de estos exploradores árticos siempre fueron fascinantes para mí, desde que, ahorrando de mi "paga" semanal, compraba aquellos famosos libros de lomo amarillo que, sobre estas hazañas, publicaba la Editorial Juventud, y que todavía conservo.
¡Qué mejor, el Ártico, a -20 grados Celsius, para probar la flexibilidad de la totalmente nueva emulsión Kodak Ektachrome! en el enrevesado cartucho de Súper-8,  un paso cinematográfico que, hace algo mas de medio siglo, fue concebido para el aficionado, pero que ya hace unos años, con la capacidad de su digitalización a 4K o 5K, ha conseguido abrirse un hueco en el terreno profesional (y no sólo en el de la enseñanza, sino en el de la producción para televisión e, incluso, salas de cine).
Si es nuevo en esta bitácora, no se olvide de leer las inauditas informaciones publicadas en las entradas anteriores: 
Capítulo 1:  https://mimundoensuper-8.blogspot.com.es/2018/05/spitzbergen-el-guardian-del-artico-en.html
Capítulo 3 https://mimundoensuper-8.blogspot.com/2018/06/spitzbergen-el-guardian-del-artico-en.html  

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