martes, 16 de agosto de 2016

BAUER A512: LA EVOLUCIÓN DE LA CÁMARA DEL CAUDILLO.

En Inglaterra, debido a mis publicaciones en Movie Maker, me conocen como "the Single-8 professor": todo el mundo sabe allí que soy un defensor del cartucho de Fujifilm dado que valoro que esté concebido no sólo para que el presor se encuentre en la cámara sino que su diseño permite el rebobinado integral de la película, con otra virtud nada desdeñable en estos tiempos de resistencia argéntica: son cartuchos fáciles de recargar por uno mismo (de hecho, fueron concebidos por Fujifilm para ser reutilizables, como así se hacía por el gigante nipón durante el primer lustro de vida del formato). Además, mi cámara favorita filma con cartucho Single-8: se trata de la Fujica ZC1000, la cual, como fue la mejor cámara de cine jamás fabricada, en un futuro de digimerde, retendrá este honor para siempre. Pero esto es una historia para otro día.

Normalmente, lo que hago para filmar con cartuchos de single-8 (si no empleo película Fujifilm) es:
1) extraerla de los cartuchos de súper-8;
o 2) cortar a la mitad película de 16 mm con perforaciones tipo S (la conocida como doble súper-8, que fuera tan popular en las naciones del llamado "socialismo real", tras el telón de acero).
El presor en cámara es, en mi opinión, fundamental, y más ahora que las nuevas emulsiones negativas Kodak Vision 3, en sus varias sensibilidades, se pueden digitar a 2K o, incluso, 4K (y lo que pueda venir: la resolución y matices de la película argéntica es asombrosamente inaudita, por no hablar de sus cualidades como archivo; aparte de un disco duro ¡¡¡uno se sigue quedando con un negativo!!!).
En súper-8, valoro sólo aquellas cámaras de buena calidad óptica y fiables, y que dispongan (como la Fujica ZC1000), de diafragma circular y obturador variable. Dado que, además, exijo fiabilidad, esto me hace excluir a las Beaulieu.
Algunos valoran mucho la Canon 1014, en su versión XLS, pero no me convence su óptica;  prefiero la Canon 814 XLS; sin embargo, la descarto pues su obturador sólo se puede enclavar en dos posiciones.
Me gusta mucho la Nikon R10, que tiene macro en casi cualquier longitud focal pero, desafortunadamente,  es muy ruidosa para los tiempos que corren.
Las Braun Nizo son gigantes con pies de barro: ¡¡¡carecen de diafragma iris!!! 
Si que soy defensor de la Leicina Special con sus dos fabulosos objetivos Leitz: sin embargo, la escasez de unidades fabricadas, y el prestigio de la marca,  hace que, por ejemplo, uno sufra no sólo si se moja, sino simplemente en pensar usar la cámara en medio de una neblina salobre (tan frecuente en mi ciudad, La Coruña).
Una cámara, en súper-8, que siempre me gustó fue la Bauer A512. Fabricada en Alemania en 1977, la A512 es la evolución de la Bauer C Royal 10 de 1972, modelo, este último, empleado por ese cineísta contumaz que fue Francisco Franco Bahamonde, y mejorada con una de las mejores ópticas nunca diseñadas para Súper-8: el ultra nítido zoom Schneider Macro Variogon f 1.8 de 6 a 70 mm.

¿De qué pega o hándicap adolecía esta cámara? ¡¡¡Sólo admitía película de dos sensibilidades: o 40 ASA o 160!!! Tal vez ello fuera suficiente en los tiempos en que el Súper-8 era un formato "amateur", cuando los aficionados sólo disponían de esas dos sensibilidades, pero no actualmente, debido a que, dentro del portafolio de emulsiones profesional, podemos elegir, en Súper-8, de una amplísima gama de películas.  
Este gran defecto (intencionado: obsolescencia programada) de la Bauer A512 ha sido, por fin, resuelto por un francés de origen español, el amigo André Egido, en su día responsable técnico de Bauer y Braun-Nizo en Francia, y que ahora dirige un taller independiente especializado en estas emblemáticas marcas teutonas.
André Egido puede incorporar a la Bauer A512 un selector manual de ASA, que permite programar la cámara con los siguientes valores ASA: 40, 50, 64, 80, 100, 125, 160 y 200.
Al poderse graduar la sensibilidad de forma manual, como en la Leicina o la Beaulieu, ello nos permite "jugar" con la película a la hora, por ejemplo, de sobre exponer la negativa.
Lo mejor de todo, además, es que André Egido es serio y rápido, virtud esta última nada extendida en el mundo de los técnicos de aparatos de precisión.

Además, sus honorarios son muy razonables: por 100 €, incluyendo el IVA, no sólo instaló el selector manual de ASA sino que, además, hizo una revisión completa de la cámara, cambiando el botón de fundido encadenado, reglaje del fotómetro, sustitución de la rosca de trípode, nueva tapa de la pilas, reparación de la bisagra del exposímetro de exposición lenta y, ¡por si fuera poco!, me obsequió con el cable de sincronización sonora original de la marca, accesorio hoy muy difícil de encontrar.

Otro día hablaré de las excelencias de la Bauer A512, con su obturador variable, su diafragma iris, su fotómetro especial para exposición lenta, su fundido encadenado automático y, sobre todo, la excepcional resolución de su objetivo Schneider: las virtudes de este modo se merecen un estudio completo, en varias partes, por primera vez en lengua española. 
Todo aquel cineísta que, por problemas con la sensibilidad, haya descartado la Bauer A512, tiene ahora la posibilidad no sólo de modificar la cámara, sino de revisarla por el mayor experto mundial en este modelo, a un coste razonable.  
El mail de André Egido es: contact@cine-super8.net

1 comentario:

  1. Magnífico artículo y gracias por el consejo y el contacto de Egido.

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