sábado, 22 de octubre de 2016

EN FUJIFILM ALUCINARON EN LA CORUÑA

Los conferenciantes que vinieron desde Barcelona, sede nacional de Fujifilm en nuestra patria (ahí siguen, en Aragón 180, como cuando uno era estudiante y trataba de forma directa con el señor Mampel),  se quedaron ojipláticos cuando, durante el transcurso de sus explicaciones sobre las novedades del sistema Fujifilm X digital, me vieron tomar fotografías con una cámara Fujifilm X ¡pero de carrete!, la fiel AX5, que mantengo en uso constante y continuo desde principios de los años ochenta.

A la charla, asistí con mi amigo Javier, que aparece en la fotografía inmediatamente superior probando una de las cámaras digitales de Fujifilm. Esta presentación fue en un lugar insospechado: en un rincón del mercado de San Agustín.

Con la cámara AX5 empleé, para este acto,  uno de mis objetivos Fujinon EBC favoritos, el 50 mm ¡que abre a un asombroso f 1.2!, lo que permitió tomar fotografías sin flash con la sola luz ambiente y sin necesidad de trípode, usando una película Fujifilm Pro400H (¡de una tanda caducada hace 5 años que me regalaron en Foto Artús!).


Resulta muy de agradecer que Fujifilm siga fabricando película negativa, y se haya convertido actualmente en el último proveedor mundial de película inversible de color, pero ¿qué les costaría mencionar que, como empresa, se mantienen fieles a la tecnología mecano-química?  Gran parte de los asistentes, con un cierto aspecto friki, rellenitos y que crecieron en un entorno digital,  ¡creían que los carretes ya no se fabricaban!, cuando la realidad es que no sólo hay gran variedad para elegir, sino que, quien tiene una cámara argéntica , automáticamente,  ya tiene una digital pues, al revelar, ya sea diapositiva o negativo, te proporcionan un CD con las imágenes digitalizadas, de forma que uno tiene lo mejor de ambos mundos: lo químico (para perdurar en el tiempo) y lo digital (para compartir o manipular sencillamente hasta con un móvil).

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