sábado, 8 de octubre de 2016

POLAVISION: POLAROID EN SÚPER-8

Este  sábado estuvo en IB Cinema mi amigo ferrolano el stop motioner Alex para llevar a cabo experimentos con unos "nuevos" cartuchos de Polavision en blanco y negro.
El Polavision fue un sistema de cine Polaroid, de revelado instantáneo que, aunque desarrollado a principios de los años setenta por el Dr. Edwind H. Land, no alcanzó las tiendas hasta 1978. Desgraciadamente, fue un fracaso comercial, pues el vídeo estaba ya a la vuelta de la esquina, y supuso el principio del fin de la mítica marca austriaca Eumig, que es la que manufacturaba para Polaroid las cámaras y los retroproyectores.

 Pese a su fiasco, este sistema de cine era adictivo para los que lo habían comprado: aunque las cámaras se dejaron de fabricar en 1979, la emulsión en color Polavision 618 estuvo disponible hasta marzo de 1990: tuve la suerte de conseguir, hace un lustro, unas pocas unidades de esta última tanda y, pese a los años transcurridos, ¡la química funcionó a la perfección!: el cartucho con la película de súper-8 Polachrome se reveló en menos de un minuto, tras extraerlo de la cámara e introducirlo en el retroproyector. Sólo llegué a filmar tres cartuchos, pues el resto los conservo para mi "museo".


 Una de las características técnicas más interesantes del Polachrome es que se trataba de un sistema de color aditivo.
Polaroid vendió, también, película Polavisión en blanco y negro que, en los Estados Unidos, fue empleada principalmente en los equipos universitarios de fútbol americano para el análisis de jugadas durante los entrenamientos. Mi amigo Alex tuvo la fortuna de conseguir hace algún tiempo varios de estos cartuchos, caducados en 1983 (me regaló unos cuantos para mi museo: ¡muchas gracias, Alex!).


 Como el primer cartucho que filmamos, e introducimos para su revelado instantáneo en el retroproyector, no produjo resultados visibles, lo abrimos y descubrimos que los químicos dentro de las bolsitas del cartucho se habían solidificado en una especie de sustancia gomosa: normal, ¡ tras más de treinta años!


 El segundo experimento, consistió en extraer, en cuarto obscuro, la película de un cartucho Polavisión, introducirla en un cartucho single-8 de Fuji (en cuarto obscuro) y filmarla con la ZC1000. Restituimos con un químico a su condición líquida la sustancia gomosa del revelador y la aplicamos a la película (en cuarto obscuro) tras su filmación: ¡ya obtuvimos algún resultado!, aunque muy malo.


 La siguiente parte de experimento, que haremos otro día, será procesar lo filmado con un revelador normal de blanco y negro, siguiendo el consejo del llorado maese Ferrán.
¿Por qué hacemos todo esto, dedicándole tantos esfuerzos y horas? Mera experimentación técnica (en una experiencia inédita en España y poco frecuente en el mundo), que nos permite aplicar teorías y desempolvar viejas fórmulas, todo ello, sin gastar prácticamente nada (lo cual no viene mal en tiempos de crisis perpetua).

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