miércoles, 5 de octubre de 2016

LA CÁMARA ELECTRÓNICA QUE FUNCIONA SIN ELECTRICIDAD

Mi formato fotográfico favorito es el 24 x 36 de los carretes de 35 mm de toda la vida. A veces empleo diapositivas (por favor, virgencita, ¡que Kodak y Fujifilm siga fabricando inversible el resto de mi vida!), otras película negativas (maravillosas las Kodak Portra, así como otras emulsiones de Fujifilm).
Mi modelo de cámara fotográfica favorito es la AX5, de Fujifilm, que compré en 1983,  para la que, con los años (en especial cuando la hecatombe fruto de la debacle originada por la eclosión de las digimerde),   tuve la fortuna de ir reuniendo a precios sorprendentemente irrisorios todas las ópticas Fujinon EBC, desde el ultragranangular de 16 mm hasta el sobrecogedor tele de 1.000 milímetros ¡de un metro de largo! (y de los cuales sólo se fabricaron menos de cien, dos de ellos en mi poder).  Alguno de estos objetivos Fujinon EBC los empleo también en cine, con la cámara de S8 Fujica ZC1000N. Estos objetivos, hoy en día, como hay adaptadores para digimerde, se han puesto de nuevo por las nubes.



Para sumergirme en el agua siempre llevo la Fuji HDM, de principios de los ochenta y que me ha acompañado por medio mundo. Tiene un inconveniente: su objetivo no es intercambiable, sino fijo, un 2.8 de 35 mm. En cámaras de bolsillo, mi confianza va para la Fujifilm Natura y la Fujifilm Tiara Super Mini, ambas con objetivos de focal variable EBC. 
Como me niego a llevar a la playa ninguna de mis dos AX5, (una negra y otra plateada, está última la adquirí en 1985),  y dado que, a veces, junto al mar, o bajo la lluvia, necesito un granangular extremo, empleo una cámara que, aunque es electrónica, es posible hacerla trabajar sin electricidad,  la Fujica AZ1, el último modelo de Fujifilm fabricado con montura Praktica M42.
Como la AZ1,  si es necesario (por ejemplo, bajo cero), ¡puede funcionar sin pilas, mecánicamente! (incluyendo el autodisparador para los selfies), resulta muy útil en climas polares o en el desierto.


¡Pocas cámaras  hay tan ecológicas! Eso sí, sin pilas, resulta menester  ajustar el diafragma a " ojímetro" (la experiencia y la latitud de la película negativa es, pues, un grado: no estamos hablando de algo apto para bedelas de colegio mayor).
Con la AZ1, que uso en condiciones extremas, no arriesgo un ultragrangular EBC Fujinon 2,8 de 16 mm, pero, en cambio, no me duele poner en peligro o ensuciar el Zenitar f 2.8 de 16 mm con unas prestaciones muy buenas y que conseguí en la antigua Leningrado, a principios de los noventa, por apenas nada. ¡Ah, qué tiempos aquellos, en que en Rusia se vendía de todo a precio de saldo!



Cámaras AZ1, en buen estado, se pueden conseguir hoy por cacahuetes (unos 50 € para ejemplares inmaculados).  Claro que, si hay alguien interesado, recomiendo paciencia para asegurarse la obtención de un buen ejemplar que, una vez revisado por un técnico cualificado, tendrá una vida útil que se medirá por décadas.

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