miércoles, 13 de noviembre de 2019

EL DIFÍCIL MONTAJE DE UN ORIGINAL FÍLMICO

Reducir la duración de un documental grabado en digital es sencillo pues no duele ni en el bolsillo ni en el arte: el original no cuesta nada y se registró sin penurias. 
Otra cosa muy distinta es descartar metraje en un trabajo de origen fílmico, como es "Spitsbergen, el guardián del Ártico", el primero de la serie Stop, Calentamiento Global: cada fotograma eliminado cuesta dinero físicamente, además de los sinsabores durante la filmación, como la incertidumbre de no ver el resultado hasta después del revelado, cambio de rollos cada dos minutos y medio de filmación a -20 grados Celsius o bajo la nieve, enfoque manual a estimación directa, exposición manual, amén de otros sinsabores de la artesanía mecánico química. 
Únicamente hay una disciplina audiovisual en la que es tan difícil descartar lo rodado como con una filmación en película: la animación en stop motion, pues sólo sus autores saben el tiempo y el esfuerzo dedicado a cada toma.
Este mes de noviembre, Alex López  et moi hemos reanudado las labores de montaje de "Spitsbergen: el guardián del Ártico".  Costaron lágrimas cortarlos, pero de los 112 minutos en que lo dejamos en julio (cuando nos vimos obligados a interrumpir por culpa de mis preparativos para el rodaje de "Odisea en Groenlandia"), ¡¡¡hemos conseguido rebajar ya a 90 minutos!!! 
Tenemos que seguir sufriendo, sin embargo, hasta llegar a los 72 minutos que, en soporte de poliéster, caben en una bobina de 800 metros de 16 mm, amén de hacer otra versión de 55 minutos para televisión.


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