viernes, 1 de septiembre de 2017

VERANO CORUÑÉS EN FUJICHROME

Finaliza el verano en mi ciudad, que inmortalizo con algunas diapositivas tomadas empleando distintas emulsiones añejas de mi congelador, sobre todo Fujichrome Velvia 50 y la rara (que guardo como plata en paño, y nunca mejor empleado el término) Fujichrome Fortia 50, la película en color mas sorprendente y extraña jamás fabricada y que sólo se vendió en Japón
Es increíble, pero ayer por la mañana salí de casa con 18 grados y hoy, uno de septiempre, ¡¡¡con 13 grados!!! El otoño se encuentra a la vuelta de la esquina. 
EL APOCALIPSIS QUE NUNCA LLEGÓ.
Hace unos añitos, cuando Kodak interrumpió la fabricación de su línea de película inversible para diapositivas (transparencias) en color, uno se asustó y, como pensaba que el final estaba próximo, acaparé cargamento de mis emulsiones inversibles favoritas, preparado para un futuro apocalíptico sin película de diapositivas en color: guardados los carretes a mas de veinte grados bajo cero, tendría material para seguir disparando diapositivas unos años mas.
Fujifilm estaba, también, a punto de tirar la toalla cuando, de repente, en 2015 la venta de material fotoquímico comenzó no solo a remontar (en el caso del negativo e inversible), sino a dispararse, (en la fotografía instantánea fotoquímica, hasta el punto que Fujifilm ha comercializado un nuevo formato cuadrado).
Fujifilm no sólo siguió fabricando la Velvia (en 50 y 100 ASA), la Provia (en 100 y 400 ASA), amén de todas las líneas destinadas al mercado del consumidor poco exigente (no hay experiencia mejor que admirar, con un buen proyector y luz de xenón, la proyección de una diapositiva), sino que, además, en negativo, mejoró hasta niveles inauditos su Fujicolor de 1600 ASA, que ahora se denomina Natura (espero probarla durante este otoño e invierno).
Kodak, por su parte, ha decidido mantener sus líneas negativas e, incluso, ha prometido reanudar, desde Rochester, la fabricación de la inversible Ektachrome 100.
VACIANDO LA NEVERA.
Ahora tendré que ir dando salida a todo el material acumulado en mi congelador, que intercalaré con carretes frescos, fabricados recientemente, de forma que mis cámaras fotográficas Fujifilm (todas ellas compradas a mediados ochenta), puedan funcionar a pleno rendimiento (incluso la HDM, sumergible de forma directa, sin carcasa).
Mientras mis cámaras mecánico-químicas duran décadas de uso continuo, en condiciones adversas, la gente que a principios de los noventa se paso al digimerde, ¿cuántas veces ha tenido que cambiar de cámara, por obsolescencia o avería irreparable? ¿Conservan buenas parte de sus fotografías o se han perdido en discos duros que dejaron de funcionar? 
Las mías, sin embargo, son eternas, con un negativo o la diapositiva capaz de durar siglos y que siempre se podrá escanear en cualquier sistema futuro.  
UNA CÁMARA TRADICIONAL ES TAMBIÉN UNA CÁMARA DIGITAL. 
Y es que una cámara fotográfica tradicional es, a la vez, la mejor cámara digital. Un negativo o diapositiva de calidad, como los que fabrican Kodak o Fujifilm,  ofrece una resolución y una textura inalcanzable actualmente por la tecnología digimerde
Con el escaneo del original, automáticamente se tiene una versión digital, que son las que se reproducen con esta entrada. Pero se siguen conservando las diapositivas o negativos, amén de copias en papel químico, para su archivo para la posteridad.

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