IG Farben, el conglomerado industrial de la época nacional-socialista famoso no sólo por producir el gas Zyclon B, con el que eran gaseados judíos, sino también por usar esclavos de campo de concentración como mano de obra, hizo aportaciones muy importantes al mundo del cine, de la mano de su marca AGFA. De hecho, con la desaparición del Kodachrome y del Technicolor de tres matrices, todas las películas en color de la actualidad se encuentran basadas en la tecnología del Agfachrome nazi de 1936 (con los acopladores de color ya incluidos en la emulsión, y no inyectados durante el revelado), en una tecnología que fue robada por los aliados como botín de guerra tras la desaparición del III Reich.
PELÍCULA OZAPHAN
Otro sistema de cine nazi, poco conocido fuera de Alemania, Austria y Francia, es el Ozaphan, puesta a la venta en 1923, primero en 16 mm y, a partir de 1932, para el mercado hogareño de 8 mm. Si las películas, en aquel entonces, estaban fabricadas en nitrato de celulosa (35 mm) triacetato o diacetato (para pasos estrechos), las películas de Ozaphan se manufacturaban en una especie de celofán muy fino, con una emulsión muy simple y barata (que se revelaba con amoníaco) y que permitía tirajes muy económicos, con una sorprendente ausencia de grano en la imagen. Como la película era muy frágil, los proyectores, en cambio, resultaban caros, pues su construcción tenía que ser minuciosamente precisa.
Aunque los franceses se autoproclaman como inventores del sistema, en realidad para su uso cine es obra del ingeniero suizo, de etnia alemana, Edwin Branderberger. El Ozaphan sobrevió durante unos años nacional socialismo y hasta llegó a ser usado como película para microfilms, en los inicios de este sistema de almacenaje de datos.
Hace un par de años, la Filmoteca de Taipéi, en Formosa, o sea la República China o Taiwán (no confundir con la dictadura comunista República Popular China), una cliente habitual de la Cinemateca de Galicia/IB Cinema, que, en estos años, nos ha pedido ciclos EN PELÍCULA de animadores norteamericanos, amén de la filmografía de Leni Riefensthal, exhibió nuestra colección de material Ozaphan. Gracias a su recomendación, ¡ahora nos repiten el encargo en la filmoteca de Corea del Sur!: nos acaban de reservar no sólo una Kinora Lumiére de 1899 sino, también, un proyector Ozaphan y varias películas de este sistema con sus cajas originales de los años treinta.
Las cajas son todo un testimonio de su época: en varias, aparecen familias típicamente arias disfrutando de una proyección; en otra, salen unos niños, de esos que a Hitler le gustaban -rubios, mirada celeste, mentón teutón, aspecto sano-, viendo como el operador de una cámara es un ser a caballo entre un mono y un negro.
Alguno de los aparatos de los inicios del cine que enviaremos han sido mostrados en La Coruña, hace unos años, con motivo de la exposición de José Sellier (el pionero coruñés del cine en España --y de la fotografía estereoscópica--), en época del alcalde Carlos Negreira, exposición en la que todas las vitrinas, a excepción de una (de Filmoteca Nacional española), estaban formadas por material atesorado en la Cinemateca de Galicia/IB Cinema. En aquella exposición fue un honor hacer de cicerone para el excelentísimo señor José Manuel Romay Beccaria, presidente del Consejo de Estado, y contar con la presencia del entonces portavoz de cultura en el Congreso Juan de Dios Ruano.
Este verano, Dani de la Torre y la productora Emma Lustres, nos pidieron tanto una cámara como un proyector de principios del siglo XX, de la colección de la Cinemateca de Galicia/IB Cinema, para la obra que están grabando "La ley del plomo"
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