Desgraciadamente, alguna de estas instituciones, con plantillas sobredimensionadas en lo burocrático pero escasas en lo técnico, en por lo menos un caso regida por un inepto, almacena películas como si fueran basura y, todas, ¡llegan a aceptan la entrega de las obras subvencionadas en algo tan efímero como un soporte digital!, desobedeciendo las directrices de la Academia del Cine de Hollywood: "la película es todavía el único medio real de archivo, incluso de producciones originadas digitalmente".
Se da el caso, en filmotecas regionales españoles, en que el coste de los salarios (y seguridad social) del personal burocrático es asombrosamente superior a la partida dedicada a conservación.
Película de preservación en 35 mm Kodak Asset, válida incluso para originales digtales. |
Fujifilm ofrece un sistema de conservación, galardonado con un Oscar, todavía mejor, basado en tres matrices de blanco y negro, una por cada color primario, en un soporte de poliéster cuya emulsión no es de gelatina, con una duración estimada de mas de mil años sin demasiado cuidados. ¡Es tanto el material a preservar que habría trabajo continuado para un laboratorio cinematográfico durante todo el año!
Condiciones del archivo en la "filmoteca" regional CGAI |
Toda un rosario de filmotecas, en España, que harían pensar que nos encontramos en el paraíso del archivo fílmico, y resulta que, lejos de poner énfasis en la conservación, se llega al extremo de destruir material, por ejemplo, por ser políticamente incorrecto, como el varias veces mencionado, a lo largo de los años en mi Facebook, caso de ese número de la revista Imágenes de NoDo, protagonizado por un joven José Sacristán y dirigido por Pilar Miró, que hace propaganda de la vida militar en el campamento de Robledo, proyectado por mi varias veces en el colegio mayor Sant Jordi de Barcelona, a principios de los ochenta: ¡esta película no solo ha desaparecido físicamente! (copias y negativo), sino que su título ni siquiera aparece en los listados: es como si el trabajo nunca hubiese sido rodado. ¡Menos mal que estamos vivos muchos que podemos atestiguar su existencia!
UN ARCHIVO CENTRALIZADO.
Si bien es una buena idea que las regiones puedan disfrutar de las proyecciones de material archivado por una Filmoteca nacional seria (labor que podría llevarse a cabo mediante concierto con salas de exhibición de fundaciones), la dirección debería ser única a escala nacional (con implicación de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, amén de patrocinadores privados) y, desde luego, con un archivo centralizado, nunca disperso.
Ello no implicaría que tuviese que centralizarse en Madrid. La dirección burocrática, para toda España, bien podría estar en Barcelona (no en vano, la Filmoteca de la Generalitat es ejemplar, modélica, encomiable). Y, en cuanto al archivo centralizado, la afortunada geografía española ofrece, a lo largo y ancho de la piel de toro, abundantes lugares fríos y secos en todas las estaciones del año.
Un archivo privado ejemplar: la Cinemateca de Galicia/IB Cinema |
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