Este domingo se produjo el tránsito de Julia Adams. Intervino en bastantes películas y series de televisión, pero ha pasado a la historia por su interpretación en "La mujer y el monstruo" (también conocida como "El monstruo de la laguna negra", la obra maestra que Jack Arnold rodó en tres dimensiones en 1954 --que tuvo dos secuelas, no interpretadas por Julia Adams--).
EL MONSTRUO DE LA LAGUNA NEGRA.
Siempre me refiero a "La mujer y el monstruo" por su título para la América Hispana pues es así como la grabé a fuego en mis retinas, tras incontables pases, primero del resumen de diez minutos en Súper-8, de Castle Films, que, con tres o catorce años, me vendió a plazos el bueno de Antonio Docampo (613 pesetas de 1974).
Posteriormente, ya en la universidad de Barcelona, en un viaje con mis compañeros del Colegio Mayor Sant Jordi a Andorra, el sábado 30 de octubre de 1982 tuve ocasión de comprar la versión sonora anaglifa (para ver en 3D, con gafas rojas y azules), editada por Universal 8 en Súper-8: ¡me costó 4.500 pesetas!, 1.100 pesetas mas barata que en España.
Aun la poseo en su caja original: la habré proyectado miles de veces.
No sólo me marcó a mí, "El monstruo de la Laguna Negra". Ingmar Bergman la proyectaba cada vez que necesitaba relajarse. Otro entusiasta es Guillermo del Toro, quien se inspiró en ella para filmar "La forma del agua". La película también sedujo nada menos que el mismísimo Amancio Ortega.
En los años cincuenta, según los responsables de Universal Studios, las piernas de Julia Adams eran "las mas perfectamente simétricas del mundo", estando aseguradas por 125.000 dólares de la época. Julia vivió un breve matrimonio con el productor y guionista Leonard B. Stain, pero, después, estuvo casada casi cuatro décadas con Ray Danton, actor y director prolífico en el cine de género europeo e, incluso, español (es el director de "La tumba de la isla maldita").
Esta vez, Julia, el monstruo te ha atrapado.
Descansa en paz.
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