El año pasado, antes de filmar el proyecto "Spitsbergen: el Guardián del Ártico", recibí varios rollos fotográficos de la entonces nueva película Kodak TMax con unos asombrosos e inauditos 3.200 ASA. Había disparado un rollo, con una cámara miniatura Canon, que me dejó muy satisfecho. Pero ahora, con la obscuridad del invierno gallego, va a ser hora de disparar el resto del material.
Lo curioso es que enhebro el rollo Kodak 3200 en una cámara Fujifilm, la AX5, un modelo que me acompaña en todo tipo de situaciones, desde mediados de los ochenta (mantenidas por Tecnifoto, de Pontevedra). Desde adolescente, soy un entusiasta de las ópticas Fujinon con revestimiento EBC. El tiempo me ha dado la razón y hoy los Fujinon EBC son uno de los estándares de la industria del cine, casi al mismo nivel que los Zeiss.
Gracias a Fujifilm España, en su día, cuando el 35 mm parecía que entraba en liquidación, pude obtener toda la gama de montura Fujinon X EBC, desde el granangular de 16 mm hasta el ultratelefoto de 1.000 mm ¡que realmente tiene un metro de largo!
De la AX5, tengo dos cuerpos: el negro, para película inversible; el plateado, para película negativa, como es el caso de esta Kodak de 3200 ASA.
Para la ocasión, puse en la cámara el famoso objetivo Fujinon EBC de 50 mm con luminosidad f 1.2
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