Cartela no digital, en película: diseñada y filmada por Alex López en truca |
El Opus IV, terminado aquel año, lo publiqué el 22 de noviembre de ese 2017, si bien, pese a la excelente acogida de los precedentes, que exceden en conjunto los cien mil espectadores, no me atreví a ponerlo "en abierto" por el temor a que la justificación moral de la salvación de un cristiano suicida pudiese ser considerada una herejía.
Montaje a mano, cortando y pegando con empalmadora: ¡como debe ser! |
Pero hete aquí que los vientos del azar cruzaron los destinos del cineísta Víctor A. Labarthe con los míos, cuando, tras superar Víctor el exigente y admirado Máster de Producción Audiovisual de La Voz de Galicia, comenzó a desarrollar su trabajo de prácticas curriculares en IB Cinema, donde se ha demostrado muy competente en todos los sentidos: tanto se ocupó de subtitular al inglés "Spitsbergen: O Gardián do Ártico" o, entre otras cosas, hacer los engorrosos trámites de calificación en el Ministerio, como disfruta catalogando y archivando raros títulos de la cinemateca IB Cinema, incluyendo la preparación de los positivos y el enhebrado en el proyector. ¡¡¡No podía ser sino de otro sitio que California, alguien para el que trabajar con película no le resultase extraño!!!
Pero, además de su formación audiovisual, Víctor es teólogo por la prestigiosa Loyola Marymount University.
NIHIL OBSTAT
Reestructurando el almacén de negativos, tarea en la que ayuda a Alex López, esta semana proyectamos, con un Fumeo 9119, el Opus IV pues es una película inversible (esto es, su negativo es una imagen positiva). Le pregunté su opinión como teólogo: me tranquilizó, Víctor. Así que desde hoy, y tras casi 3 años en el limbo, el Opus IV de "No hay futuro" queda en abierto, con el Nihil Obstat de un teólogo y cineísta.
Víctor, además, tiene otra virtud: su morada en California ¡se encuentra en Glendale!, a tiro de piedra del nicho donde reposan los restos mortales de Walt Disney.
UN RODAJE CON PELÍCULA CADUCADA.
Como todos los cortometrajes de la serie "No hay futuro", el Opus IV fue rodado sin ayuda, cámara en mano, sin ensayos, con la idea sólo hilvanada en la cabeza. El guión, ¡¡¡lo escribo tras el montaje definitivo!!!, al tiempo que lo voy leyendo, ¡¡¡grabándolo en las pistas magnéticas con un proyector de Súper-8!!!, en superposición con la música y los efectos.
La película, Fujichrome RT200, ¡¡¡llevaba caducada cerca de cuarenta años!!! Su textura es justo lo que necesitaba para un opus con esta temática.
- Nota aclaratoria: cada uno de los Opus de la serie "No hay futuro" se rueda con un tipo de película diferente, pues los distintos rendimientos forman parte del lenguaje de la historia, al mismo nivel que el guión o el montaje.
Me serví de cuatro cartuchos que me regaló Juan Carlos Olivo, de Retrolab, y que él encontró, semi-enterrados en la basura de un almacén fotográfico de su querida Andalucía, que llevaba varios años cerrado. ¡¡¡No pensé que pudiese salir mucho de ahí!!!, así que, cuando Juan Carlos, gratuitamente, los reveló artesanalmente (fue como un reto para él), quedé gratamente sorprendido (no es una tarea fácil remover una capa anti-halo que, tras cuatro décadas, estaba dura como el carbón).
Casi todo lo filmé con una cámara de la cual no puedo hablar mas que bien, la Fujica ZX500, a 18 f.p.s., excepto las escenas en los pasillos del edificio, a 9 f.p.s., pero que José Luís Sanz, de Ocho y Pico, escaneó a la velocidad normal: interesantísimo el "blur" que se consigue y que refleja a la perfección el estado de ánimo de una persona decidida a suicidarse.
El efecto visual en la escena en la que la protagonista se obnubila al ver la fotografía de su querido hijo lo logré ¡simplemente girando un anamórfico ante el objetivo!
La escena submarina, con la Fujica P2. Como todo lo diseñado por Shigheo Mizukawa, tanto la ZX500 como la P2 son cámaras irrompibles, eternas.
El pistado, para la sonorización, fue hecho, también gratuitamente, por mi amigo Alberto Vangelisti, una de las sólo dos personas en el mundo que puede aplicar pasta magnética sobre película de poliéster.
La postproducción fue tema de dos buenos amigos: el maestro Víctor Galdón y su buen pupilo Alex López, una persona con la que, pese a la diferencia de edad, comparto las mismas inquietudes técnico y artísticas. Alex es la única persona, en Galicia, que, como uno, domina todos los campos de la tecnología fotoquímica. ¡Nos equivocamos de región e, incluso, de país!, ¿eh, Alex?
Las cartelas de principio y fin, filmadas en truca, son creación de Alex López, con su característico sello.
La protagonista es María Teresa Santos, quien suele hacer las traducciones al gallego de IB Cinema. No tiene nada que ver con el mundo artístico (en realidad, es profesora), pero herr Javier Suárez, el informático de IB Cinema (y protagonista él mismo del Opus I), la persuadió para colaborar, ¡y la verdad que quedé sorprendido con ella!: la mirada, de zombi, que es capaz de poner cuando va camino de su suicidio es absolutamente atroz.
La música, al igual que en los opus precedentes, obra de la Arteixo Big Band.
El cortometraje, de diez minutos, se encuentra aquí:
NO HAY FUTURO (OPUS IV) from IB CINEMA Motion Picture Films on Vimeo.
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