jueves, 17 de septiembre de 2020

RECTIFICADOR IREM P1 X30

¿Qué pasa cuando a una criatura torpe, febrilmente aferrada a una poltrona que teme perder,  se la pone a dirigir un chiringuito de la administración? Se rodea de miserables que no le puedan hacer sombra. 

Todo esto, viene a cuento de que, para el estreno de mi documental "Spitsbergen, O Gardián do Ártico", el próximo 1 de octubre el el Teatro Principal de Ourense, la buena gente del Festival Internacional de Ourense contaban con el proyector Fumeo 9315 de xenón de 16 mm, una magnífica máquina transportable, propiedad de AGADIC,  en servicio en el CGAI. 


El Fumeo del CGAI en uso fuera de cabiana

Ayer, sin embargo, me comunicaron del Festival que AGADIC ¡¡¡no les presta el proyector!!! Casi lloro, con el disgusto. ¡Lo último que querría, en este mundo, es proyectar mi película en infame digital!

El Fumeo del CGAI en uso fuera de cabina: de fijo, nada. La cajita azul es el rectificador ultra portátil de solo 9 kilos. 

La disculpa oficial, al parecer, es que su proyector forma parte de una instalación fija. Esa excusa es una mentira de idiota: ese proyector lo colocan en cabina, en una mesa de madera, cuando es necesario, junto al de 35 mm (haciendo tales equilibrios que ignoro como es posible que puedan cumplir la normativa de riesgos laborales). A lo largo de los años, alguna vez lo he visto, también, instalado en la propia sala, pues su rectificador es un magnífico Irem de los electrónicos, que pesan sólo unos 9 kilos (ver las dos fotos superiores, una de muchas que poseemos).

Rectificador Irem alquilado: adaptando la toma

Tratan, esa chusma, de boicotear el estreno. No lo conseguirán, empero. La amable gente del Festival me ofrece estrenar el largometraje en digital, pero eso es la última alternativa que contemplo para   algo que ha sido rodado íntegramente con película para ser exhibido, por supuesto, con película. Otra cosa muy distinta, es la copia digital para su pase en televisión, pero en salas, un opus como "Spitsbergen, O Gardián do Ártico", exhibirlo en digital, es poco menos que prostituirlo. 

No hay obstáculo que pueda interponer un patán que no pueda ser vencido
Tenemos, en la cabina de IB Cinema, el mismo Fumeo 9315 que ese propiedad de AGADIC  aunque en su versión mejorada (con portaobjetivos de abertura total, presor de fuerza variable, ventanilla de formato variable, posibilidad de proyectar en Súper-16, formador de bucle superior, etc.) 

  • Nota aclaratoria:  los muy gañanes compraron, por desconocimiento, la versión básica del 9315, originalmente para universidades, no la concebida para filmotecas, que es el que poseemos en IB Cinema.   Sin embargo, al ser la nuestra una instalación fija de cabina, el rectificador es un Salicru ¡¡¡con un peso superior a 60 kilogramos!!! que, acorde con la normativa actual, no se puede transportar ni por dos personas. 

¿Se creían, en el chiringuito (López Chaves dixit) del Gaiás que nos iban a boicotear el estreno, obligándonos a hacerlo en digital? ¡¡¡Pues no!!! Esos golfos apandadores están muy equivacados.

Esta mañana alquilé por quince días un rectificador Irem P1 X30 que, con sus treinta kilos de peso, ya es manejable por dos proyeccionistas. Ahora, sólo resta que el técnico adapte sus conexiones al Fumeo. 

La basura humana que es la gente ruin siempre intenta atrancar el camino. Pero, frente a ellos, las personas que hacemos cosas, avanzamos, seguimos adelante y buscamos salidas (aunque es triste comprobar que, pasan las legislaturas, y esa chusma sigue en sus poltronas, sin ser votados por nadie: simple designación digital   - ¿veis por qué estoy en contra de lo digital?-- ). 




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