lunes, 26 de noviembre de 2018

AMANDO DE OSSORIO, EJE DEL SELLIER FILM FESTIVAL EN SU IV EDICIÓN.

PROGRAMACIÓN CINEMATOGRÁFICA CONMEMORATIVA.
Viernes, 21 de diciembre de 2018, horarios de tarde:
LA NOCHE DE LAS GAVIOTAS. Exhibición en 35 mm. 18.00 horas.
EL BUQUE MALDITO. Exhibición en 35 mm. 20:00 horas.
Sábado, 22 de diciembre, 
EL ATAQUE DE LOS MUERTOS SIN OJOS. Exhibición en 16 mm.18 horas
Exposición alegórica: con cartelería y diversa documentación personal, como su última felicitación navideña a Ignacio Benedeti con el sello del Rey boca abajo pues, Ossorio, aunque no era de izquierdas, simpatizaba con los valores republicanos.
OSSORIO, UN GALLEGO FANTÁSTICO.
Resulta asombroso que siendo, este 2018, el centenario de su nacimiento no se ponga en valor como merece la obra de un coruñés, Amando de Ossorio, que, aunque institucionalmente olvidado en su región, es un director de culto internacional, cuyas películas, especialmente en los países anglosajones, se siguen vendiendo, continúan emitiéndose por televisión y son objeto de estudio por parte de universidades y filmotecas.
La única iniciativa para el homenaje a su figura (hasta ésta, mas amplia, del SELLIER FILM FESTIVAL), partió también desde la Cinemateca de Galicia /I.B. Cinema, con la inestimable ayuda de LA VOZ DE GALICIA, cuando justo el día y la hora de su nacimiento, el pasado 6 de abril a las 6 de la tarde, lo celebramos en un emotivo acto que, con la presencia de sus familiares, se pudo llevar a cabo,  gracias a la mediación de la entonces Conselleira de Medio Ambiente, doña Beatriz Mato,  que, incluso,como coruñesa de pro,  ¡ella misma nos honró presentando el homenaje!
La dilatada carrera de Amando de Ossorio en el mundo del cine abarca mas de cuatro décadas, entre 1942 y 1984, período en el cual dirigió 17 largometrajes, así como numerosos cortometrajes e incontables trabajos publicitarios. Su tetralogía de los templarios -compuesta por La noche del terror ciego (1971), El ataque de los muertos sin ojos (1973), El buque maldito (1974) y La noche de las gaviotas (1975)- da una nueva vuelta de tuerca al cine de terror incorporando una evolución: los muertos vivientes ciegos. Los zombis de Ossorio son caballeros templarios guiados por el sonido de unas víctimas cuya sangre les sirve de alimento. Esta serie de cuatro películas, que ha influido en autores como John Carpenter, se encuentra, bajo el título The blind dead, permanentemente reeditada en los Estados Unidos con los DVD presentados en un atractivo cofre con forma de ataúd.
Amando de Ossorio nace en la coruñesa calle Real, enfrente del Cine París, en el seno de una familia acomodada, vinculada a la cultura. Debido a su problema de salud, el joven Ossorio consigue librarse de la más incivil de las guerras, la Civil. El Banco Español de Crédito, nada más aprobar las oposiciones, lo traslada a su ciudad natal, donde Ossorio compagina su trabajo mañanero como bancario con una activa vida cultural vespertina en su atelier de la calle San Andrés. Todo ello lo simultanea con la sección Lacalle y yo, publicada en La Voz de Galicia.
Amando de Ossorio, desoyendo los consejos familiares, abandona el banco y, en 1949, se muda de forma permanentemente a Madrid. Para darse a conocer en los ambientes culturales de la capital, es bien conocido su ardid en el mítico Café Gijón, parada obligada para muchos intelectuales: un camarero, convenientemente gratificado, voceaba el nombre Amando de Ossorio por todo el local diciendo que lo llamaban por teléfono.
Su debut como director de un largometraje, basado, como todos en su filmografía (incluso los de encargo), en un guion propio, es el primer alegato rodado en España contra la pena de muerte, La bandera negra (1956). La película se rodó sorteando todas las trabas posibles en una época en que la pena capital estaba vigente en prácticamente toda Europa. Su clasificación, por el organismo gubernamental competente, como de tercera categoría, no solo la impedía acceder a cualquier ayuda oficial sino que, en la práctica, imposibilitaba de facto la distribución en salas de cine de las 29 copias que salieron del laboratorio, circunstancia que casi arruina al productor y apartó a Ossorio del mundo del largometraje hasta 1964, cuando es contratado parar rodar un wéstern, La tumba del pistolero, cuyo guion escribe mientras se filma. La excelente recaudación consiguió materializar varios encargos, como Escuela de enfermeras (1964), Rebeldes en Canadá (1965), Pasto de fieras (1966) y La niña del patio (1967). Ossorio pudo conseguir financiación para Malenka (1968), con Anita Ekberg, una aproximación al género de terror y la fantasía que ya nunca abandonaría.

PROGRAMACIÓN.
EL ATAQUE DE LOS MUERTOS SIN OJOS (1973), proyección con película cinematográfica de 16 MM, SONIDO MAGNÉTICO. Casi medio siglo después de ser filmada, todavía conserva su capacidad de fascinar, intrigar y hacer sufrir a los espectadores. Rodada, como las demás de Ossorio, con un presupuesto mínimo y en sólo cuatro semanas (las vacaciones de su trabajo), es, en mi opinión, la mejor de la tetralogía templaria. Espectacular banda sonora, del recordado Antón García Abril, con un espectral sonido “psicofónico”, en palabras de Ossorio, que acompañaba a los templarios saliendo de sus tumbas, ¡y que era el nombre del productor reproducido al revés, con eco, y a cámara lenta! Ossorio se las arregla para introducir, también, una crítica a la falsedad de los políticos.
En “El ataque de los grupos templarios”, una falange de templarios que habían sido ejecutados por cometer sacrificios humanos, regresa para vengarse. Es la segunda parte de la tetralogía, que se completa con "La noche del terror ciego" (1971), "El ataque de los muertos sin ojos" (1973), "El buque maldito" (1974) y "La noche de las gaviotas" (1975). 
EL BUQUE MALDITO (1974), proyección con película cinematográfica de 35 mm. Sonido óptico.
Dos bellas modelos son enviadas a alta mar, en una lancha motora, por motivos promocionales. Sin embargo, la embarcación no tarda en desaparecer inexplicablemente. La pareja que dirige la agencia, un ayudante, un científico y otra modelo, amiga de las otras, acuden al punto donde desapareció la lancha, y topa con un decrépito buque medieval, poblado de esqueléticos y sanguinarios monjes templarios. 
En “El buque maldito”, en la que se pueden encontrar referencias cinéfilas F.W. Murneau, Ossorio situó a sus templarios a bordo de un fantasmagórico galeón errante. Esta figura, el barco con zombis (o, como le gustaba más a Ossorio, “momias”), sirvió de inspiración en Hollywood para que John Carpenter rodase “La niebla”.
LA NOCHE DE LAS GAVIOTAS (1975), proyección con película cinematográfica de 35 mm. Sonido óptico.
Los Caballeros Templarios van en esta ocasión a un pueblo pesquero para seguir practicando sus sangrientos sacrificios. Cuarta y última parte de la tetralogía de terror-serie B de Amando de Ossorio, que se completa con "La noche del terror ciego" (1971), "El ataque de los muertos sin ojos" (1973), "El buque maldito" (1974) y "La noche de las gaviotas" (1975). Inolvidable la interpretación de la malograda Sandra Mozarosky, musa erótica en las postrimerías del franquismo, que fallecería no mucho después en circunstancias tan extrañas que el suceso se presto a todo tipo de rumores (en Madrid, una capital de porteras, se creía que mantenía un romance con Juan Carlos de Borbón y que compatibilizaba su trabajo como actriz con el de prostituta en un club en el que uno de sus socios sería ¡Paco Martínez Soria!






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