miércoles, 5 de septiembre de 2018

NIKON R10: PREPARADA PARA RODAR

La cartera me trajo una sorpresa esta mañana, procedente de Mallorca: la Nikon R10 (unidad uno), convenientemente engrasada y puesta a punto por el amigo Mateu, de Microdelta Balears, pues tras casi 15 años sin usarla, va a ser tiempo de sacarla nuevamente al mundo tan pronto como la nueva Kodak Ektachrome esté disponible para todos. 
Mateu, entre otras cosas, tiene también mi Nikon R10, unidad 2, pues, a los rodajes, si es posible, me gusta llevar dos cámaras del mismo modelo dado que estamos hablando de aparatos muy veteranos, con casi medio siglo a sus espaldas. 
Mi cámara favorita es (y seguirá siendo, por los tiempos de los tiempos),  por supuesto, la Fujica ZC1000, pero, como filma S8 usando cartuchos Single-8, hay ocasiones en que uno lo único que tiene a mano son cargadores de Súper-8, circunstancia por la cual, ante la aparición de la nueva Kodak Ektachrome, este 2018 estoy poniendo a punto, poco a poco,  mis cámaras favoritas de Súper-8:
primero le tocó el turno a las dos Bauer A512 (versión "Egido", con ajuste manual de la sensibilidad). En breve, llegará el momento de las dos Nizo Professional y la segunda unidad de mi Leicina Special (aunque esta cámara me agrada menos por la carencia de una prestación para mí fundamental: el obturador variable).  Mis dos Beaulieu 4008 no saldrán de su vitrina pues, aunque muy sexys, son extremadamente poco fiables en las circunstancias rudas en las que muchas veces filmo, desde las arenas del desierto, a 40 grados Celsius, hasta los hielos del ártico (bajo inclementes ventiscas de nieve, a temperaturas inferiores a -20 grados Celsius).
Lo sorprendente de todas estos modelos citados es que su diseño sigue siendo bonito hoy en día. No ocurre como, por ejemplo, las Canon XLS (que asemejan desfasadas cámaras de vídeo "ochenteras"). 
La Nikon R10 ofrece una óptica magnífica, con un dispositivo de macroenfoque casi tan versátil como el de la Fujica ZC1000. La estabilidad de su imagen es proverbial. Echo en falta, sin embargo, la poca suavidad de su disparador, la disponibilidad de sólo una velocidad para el accionamiento eléctrico del objetivo de focal variable y le sobra ¡el peso!, algo que, con la edad, uno le da cada vez mayor importancia. Tampoco me gusta que su mango no se desmonte o pliegue de alguna forma, como sucede en los restos de los modelos citados, lo que origina cierta inestabilidad en trípode. Una ventaja adicional, de la Nikon R10, es que aprovecha mas que muchas otras el cuadro de Súper-8, lo cual, en esta época con telecines 4K que abarcan el ancho completo de la película, es algo muy a tener en cuenta a la hora de filmar con formato 1.66 .
Espero, algún día, poder mejorar la Nikon R10 con el dispositivo de radiocontrol y timelapse diseñado por el gran cineísta Friedemann Wachsmuth, una persona esencial en Adobe y quien, gracias a sus influencias, nos consiguió unos cuantos metros de Koreachrome a varios occidentales para un proyecto conjunto que pronto verá la luz.  
¡¡¡MUCHAS GRACIAS!!!, amigo Mateu, de   http://www.microdeltabalears.com/

2 comentarios:

  1. Hola Ignacio, muchas gracias por tus comentarios. Intentaré seguir haciendo las cosas bien, como siempre he procurado hacer. Saludos Mateu.

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    1. Gracias a ti, Mateu, no sólo por reparar mis cosas durante estos años, sino también por hacer realidad inventos casi imposibles, como reducir el obturador en algunas cámaras y otras cosas.

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