El ser humano es capaz de lo mejor y de lo peor, incluso en la Antártida. En su momento, cuando el continente de hielo se esquilmaba sin regla alguna, algún barco con prostitutas a bordo llegó a los enclaves balleneros, para solaz de aquellos aguerridos depredadores.
Pero incluso en épocas tan recientes como los años ochenta, ya siendo un territorio íntegramente consagrado a la ciencia desde la firma del Tratado Antártico en 1959, los soviéticos llevaban prostitutas que ofrecían sus servicios sexuales para científicos y militares, a bordo de un buque, a precios bastante asequibles: ¡el equivalente a diez dólares, incluyendo el traslado en helicóptero a la base! El comunismo siempre pensando en el bienestar del pueblo.
Fotograma de mi documental "Spitsbergen, O Gardián do Ártico" |
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